Un informe publicado por la Agencia de Accidentes Aéreos del Reino Unido dio a conocer que el delantero argentino tenía altos niveles de monóxido de carbono en su sangre y especulan con que el piloto también los tuviera.

A casi siete meses del accidente aéreo que terminó con la vida de Emiliano Sala y el piloto David Ibbotson, que viajaban de Nantes a Cardiff, donde el delantero argentino iba a comenzar una nueva etapa en su carrera, la Agencia de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido (AAIB, por su sigla en inglés), publicó un dato que hasta el momento se desconocía.

Los análisis toxicológicos realizados dieron como resultado un alto nivel de carboxihemoglobina (COHb), que es una proteína resultante de la unión de la hemglobina con el monóxido de carbono, un gas tóxico que puede causar la muerte en pocos minutos.

Teniendo en cuenta que el único cuerpo encontrado tras el accidente fue el de Sala, los investigadores dan casi por seguro que el piloto también habría sido intoxicado por monóxido de carbono.

Este dato abre un nuevo panorama sobre las causas del accidente, que aún se desconocen, puesto que si el piloto, que según surgió de la investigación no tenía permiso para volar de noche, también se hubiera visto por la intoxicación, podría haber sufrido una convulsión, pérdida de conocimiento, un ataque cardíaco o directamente la muerte.

“La investigación continúa en un amplio margen de áreas, pero ahora estamos analizando las posibles formas en que el monóxido de carbono puede ingresar a la cabina en este tipo de aeronaves”, aseguró Geraint Herbert, de la AAIB. Habrá que ver si nuevas investigaciones contradicen a los primeros informes, donde la Policía local afirmó que el jugador perdió la vida por lesiones en la cabeza y el tronco.

A su vez, el abogado de la familia Sala, Daniel Machover, agregó: “La familia y la gente necesitan saber cómo entró el gas a la cabina. La seguridad aérea del futuro se basa en saber lo máximo posible sobre este tema”.