Mediante nuevos testimonios, los investigadores afirmaron que “todos eran víctimas y todos repetían” el clima de de “corrupción y perversión”.

Nuevos testigos en la causa por abusos en el Instituto Próvolo de Mendoza sumaron por primera vez una acusación por abuso sexual con acceso carnal contra el sacerdote Nicola Corradi (83) y denunciaron en el juicio oral que allí se vivía un clima de tal corrupción y perversión que “muchos alumnos copiaban a los abusadores”, informaron fuentes judiciales.

En dialogo con Télam, los investigadores afirmaron que “todos eran víctimas y todos repetían” y que el grado de “corrupción y perversión era tal adentro del instituto que los propios alumnos copiaban a los abusadores entre los mismos compañeros”.

“Uno de los testigos reconoció que hubo abusos entre los mismos compañeros. Estaban muy corrompidos y los hechos que vivían eran tan tortuosos que actuaban como un acto reflejo de lo que les hacían a ellos”, aseveraron.

Estos testimonios están en marco del juicio por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores”, que se les sigue a los curas Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59) y al administrativo Armando Gómez (57).

Esta semana, un joven que hoy tiene 22 años e ingresó al Instituto Próvolo con 3 años fue el primero en acusar a Corradi por abuso sexual con acceso carnal, mientras culpó de malos tratos al sacerdote Horacio Corbacho y a la monja Kosaka Kumiko, ambos imputados en este juicio oral por los abusos cometidos a niños sordos en esa institución.