Hoy, el mundo de la música chamamesera se viste de luto tras la inesperada pérdida de Pedro del Prado, un querido músico y amigo, destacado por su trabajo en los grupos Amanda y Renacer. Durante una emotiva conversación en De Regreso, Hugo Scofano, compañero de Pedro durante más de cuatro décadas, compartió el profundo impacto que dejó su partida.

“Estamos acompañando a la familia que queda y sabemos que Pedrito siempre estará con nosotros, pues su legado artístico nunca se olvidará”, expresó Scofano, quien se mostró visiblemente afectado por el deceso. La noticia sorprendió a todos sus allegados, ya que la última información sobre su salud había generado esperanzas tras una complicada situación cardiológica. Sin embargo, un problema intestinal grave llevó a su internación de urgencia, resultando en un deceso a las pocas horas.

Pedro del Prado, músico apasionado y figura icónica en el ámbito cultural de la región, dejó su huella en la música litoraleña desde la década del 80, cuando junto a Scofano y otros, formaron el grupo vocal “Nuevo Día”. Juntos, desafiarían las convenciones musicales de su tiempo, llevando al chamamé a un nivel de armonía e interpretación que lo posicionó entre los más destacados.

“Pedro siempre tuvo una energía inquebrantable, su sonrisa iluminaba cada ensayo. A pesar de sus problemas personales, se dedicaba a dejar todo afuera cuando compartíamos la música”, recordó Scofano, quien destacó su admiración y respeto mutuo con su compañero a lo largo de los años.

El legado de Pedro trasciende su obra, su amor por el carnaval y su pasión por la música seguirán resonando en los corazones de quienes lo conocieron. “Aunque será difícil continuar, estamos incorporando jóvenes que traen nueva energía y renovar el espíritu del grupo”, concluyó Scofano, quien se prepara para enfrentar el duelo mientras se aferra a la memoria de su amigo.

La música de Amandayé y su emblemático “Cristo de los villeros” se mantendrá viva como un homenaje a Pedro del Prado, quien, sin lugar a dudas, dejó un estándar de calidad que será recordado y honrado en cada acorde que se interprete en su memoria.