En el barrio Anahí de Corrientes, una familia enfrenta una dramática situación que ha captado la atención de la comunidad y los medios. Omar Villanueva, un hombre de 49 años, ha vivido un verdadero calvario desde que, hace aproximadamente un año y medio, sufrió un accidente doméstico que le llevó a ser operado en el Hospital Escuela. Sin embargo, la intervención, que debía solucionarle una severa complicación, acabó ocasionando una grave perforación del esófago que ha alterado por completo su calidad de vida.
Desde entonces, Omar no ha podido ingerir alimentos sólidos y se alimenta únicamente a través de una manguera que conecta a su estómago, manteniéndose con líquidos que, en ocasiones, no recibe de manera oportuna. Según su testimonio, comenzó su deterioro de salud después de la intervención y la posterior negación de los médicos a realizar un nuevo procedimiento que le permita recuperar la capacidad de comer.
A medida que pasa el tiempo, el estado de Omar se ha vuelto crítico. Su familia está desesperada y ha agotado todas las instancias de reclamo ante el sistema de salud, pero continúan sin respuestas claras. “Hemos ido al hospital una y otra vez y siempre nos dicen que tenemos que esperar,” narró su hermano. “Estamos pidiendo ayuda a los médicos, una solución urgente, pero nadie se hace cargo.”
Omar, anteriormente albañil y jefe de familia, ha visto cómo la falta de alimento y atención médica lo han dejado en un estado de vulnerabilidad extrema. Está perdiendo peso drásticamente, su memoria se deteriora y su situación emocional se vuelve insostenible. Según sus familiares, tanto él como su mujer han sufrido un gran desgaste por la situación, y las promesas de ayuda parecen ser cada vez más lejanas.
El drama de Omar Villanueva no solo pone en evidencia la fragilidad del sistema de salud en Corrientes, sino que también destaca una realidad que viven muchos trabajadores informales que carecen de obra social y que, en casos de emergencia, quedan desprotegidos y a merced de instituciones que no siempre responden a sus necesidades.
Ante esta alarmante situación, los familiares de Omar hacen un llamado a la comunidad y a las autoridades de salud para que evalúen su caso y actúen con celeridad. “Lo único que pedimos es que lo operen para que pueda volver a comer. No queremos que siga viviendo así,” concluyeron entre lágrimas.