Entre 5 y 10 comunas son candidatas para iniciar en 2025 una prueba piloto con una aplicación diseñada por TelCo que permite ganar eficiencia en la recolección y tratamiento de residuos. Es parte de un trabajo que impulsa la Unidad de Gestión Integral de Residuos  (Girsu). Buscan apuntalar a las comunas que están más avanzadas en el proceso y que, luego de la experiencia, servirán de ejemplo para las demás. Cada una recolecta por año más de 500 toneladas de cartón, unas 660 toneladas de vidrio y 240 toneladas de plástico.  

Bella Vista, Caá Catí, Saladas, Itatí, Mocoretá, Goya y Curuzú Cuatiá están entre los municipios que son candidatos a implementar, desde 2025, una nueva herramienta en la gestión de sus residuos urbanos. Se trata de la aplicación Recolector, una plataforma desarrollada por TelCo para hacer más eficiente la logística de la recolección de residuos específicos: ramas, residuos sólidos, cacharros, residuos electrónicos y otros, podrán ser retirados por el camión con una ruta trazada con anterioridad por la aplicación; basándose en los requerimientos de los vecinos y con el control de cada Municipio.

“Se trata de los residuos que no están el circuito tradicional: cada comuna podrá adaptar la aplicación a sus necesidades. De esta forma tendrán una conexión directa con los vecinos, que podrán utilizar la app para señalar el punto donde se encuentran esos residuos que necesitan que sean retirados. Al recibir la solicitud, la app diseña la ruta más óptima”, explicó Adrián Ozimek, a cargo de la coordinación de GIRSU. Se trata de la Unidad de Gestión Integral de Residuos que funciona bajo la órbita del Ministerio de Coordinación y Planificación, a cargo de Miguel Olivieri.

Así, mientras el Municipio gestiona las tareas de limpieza y recolección en las zonas asignadas, los ciudadanos pueden reportar avisos a través de la aplicación y se realiza un monitoreo constante sobre los recorridos y tareas asignadas.

“Estamos iniciando una prueba piloto con 5 a 10 municipios que serán terminados de asignar pronto. Son los que están avanzados en su sistema y están preparados para recibir la aplicación. Estamos en el proceso de capacitar en el uso de la App desde el usuario operador, para que después se pueda abrir a los ciudadanos”, detalló Ozimek.

“Tenemos mucha expectativa en esta implementación, por el factor de innovación y la incorporación de nuevas herramientas. Y también porque estamos trabajando en paralelo con el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (ICAA) en identificar a los Municipios que son modelos a seguir por su forma de gestionar sus residuos. De ese modo, otras comunas que están en el proceso, podrán copiar esos procedimientos y ver todas las acciones que necesitan para lograr resultados óptimos”, detalló el funcionario.

Presencia en territorio

Durante 2024, el equipo de técnicos de Girsu desembarcó en unas 45 comunas diferentes para asesorar y apoyar a los Municipios que buscan encarar la temática de la gestión integral, ya sea porque hasta ahora solo cuentan con el servicio básico de recolección y disposición final, o bien porque requieren capacitaciones y asesoramiento a sus equipos de trabajo para seguir creciendo en ese proceso. “Durante todo este año trabajamos en generar que los municipios tengan su propio plan municipal, una versión del plan provincial pero a nivel local”, explicó Ozimek.

“La gestión integral involucra organizar aspectos que van desde infraestructura, la parte financiera y la parte social. El problema es que a veces la gestión de residuos está dividida y repartida en áreas diferentes municipales que generan acciones que no siempre están coordinadas y se duplican”, apuntó.

Así, el trabajo fuerte del área se centra en el relevamiento en cada comuna, ya que “necesitan apoyo para hacer una ejecución correcta de las buenas prácticas”, sostuvo el funcionario, quien junto a Natalia Alves, son quienes visitan y asesoran personalmente a los funcionarios de los municipios que se encaminan en estructurar sus procesos de gestión integral de residuos.

Municipios verdes, amarillos y rojos

Con un sistema de “semáforo”, desde Girsu clasifican el grado de avance que tiene cada comuna en el abordaje de los residuos y así reconocer sus necesidades.

El rojo se aplica para las comunas que solo implementan el servicio básico de recolección y disposición final en un predio con prácticas muy rudimentarias, el amarillo es para aquellos que cuentan con algún programa de concientización y organización; en tanto que el verde es para las comunas que ya ejecutan su plan con un enfoque integral, aunque aún no tengan  toda la infraestructura que necesitan o requieran mejoras en los procesos.

Son precisamente los “municipios verdes” en los cuales se desarrollarán las pruebas piloto para la implementación de la App Recolector. Bella Vista, Itatí, Goya, Curuzú Cutiá, Mocoretá, Itá Ibaté, Saladas y Caá Catí son “punta de flecha” en esos procesos. “Ellos ya separan, acopian y comercializan sus residuos reciclables, con muy buena respuesta de la ciudadanía”, destacaron desde el área.

“Entre 7 y 10 municipios son los que están en verde, unos 35 se categorizan como amarillos, y el resto están en rojo”, enumeró Ozimek, a la vez que aclaró que este último color “no significa que tengan grandes problemas ambientales, sino que aún requieren desarrollar mejores herramientas”, sostuvo.

Por otra parte, consideró que hay grandes logros en los 35 municipios amarillos, que “van saltando de la prestación básica a la implementación de mejores prácticas. La mayoría han desarrollado concursos con escuelas o alguna experiencia de separación aunque sea temporaria. Luego hay que construir una logística, para que la separación no se vuelva un problema ni se pierda la confianza de los vecinos”, indicó el coordinador de Girsu.

“Colaboramos en la planificación de esos programas, para que en el momento de lanzar ese plan de Gestión Integral, esté todo organizado para funcionar”, resaltó. “Pasar de rojo a amarrillo no es sumamente difícil. El asesoramiento implica poder ayudarlos a ver con qué recursos cuentan: si no tienen camión, podrán usar un tractor y conseguir un acoplado”, ejemplificó. Otro ejemplo son los municipios donde hay aserraderos instalados, allí pueden construir sus puntos verdes con desechos de madera de esos emprendimientos. “Los vecinos valoran cuando el municipio da el ejemplo y reutiliza los recursos disponibles”, remarcó Ozimek.

Pero, también las denuncias de vecinos sobre problemas ambientales que generan los basurales son otra puerta de entrada de las comunas a la gestión integral de sus residuos. “Trabajamos junto al ICAA, el organismo donde se reciben esas denuncias. Generamos espacios de capacitación y también delineamos las tareas para poner en condiciones esos sitios de disposición final, con el saneamiento de los predios y la difusión de mejores prácticas. Desde la Unidad (ejecutora Girsu) trabajamos con todo el circuito: desde la concientización al consumidor para reducir la cantidad de lo que se desecha, hasta la disposición final”, enfatizó. La Cruz y Curuzú Cuatiá fueron algunas de las comunas donde realizaron ese tipo de trabajo.

Campos sin plásticos

De maneras independiente de la labor que ya se realiza de manera articulada con la fundación Campo Limpio para la recolección y acopio de manera segura de envases plásticos de agroquímicos, desde el INTA impulsaron este año una campaña con una serie de acciones que busca despejar las zonas de cultivo hortícola de otro tipo de plásticos utilizados en los procesos productivos.

La propuesta se llevó adelante desde marzo en comunas de la Microrregión del Rio Santa Lucía, compuesta por Goya, Carolina, San Isidro, Lavalle, Santa Lucía, Gobernador Martínez, Cruz de la Milagros, Cecilio Echevarría y Yataytí Calle, una zona caracterizada por ser la principal cuenca frutihortícola de la provincia, así como Goya, en cuya jurisdicción se suma la actividad tabacalera.

“Este año tuvimos un trabajo fuerte junto al INTA, desde donde se convocó a una mesa interinstitucional para este trabajo y el objetivo de disminuir la presencia de los plásticos de los tendaleros. En esta acción se involucraron empresas, el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente, Cooperativas de Trabajo y también el Ministerio de Coordinación y Planificación”, precisó Ozimek. “Los plásticos de tendaleros y mangueras, así como otros insumos, se suelen acumular en los campos y al degradarse pueden trasladarse a los alimentos, o bien son quemaban. Se trabajó en capacitaciones en escuelas agrotécnicas para los alumnos y los padres, así como con productores para fomentar buenas prácticas. Luego se trazó un circuito de recuperación de estos materiales, para que las cooperativas las retiraran y comercializaran, dejando los campos libres de esos materiales”, comentó el coordinador de GIrsu. En este proceso, se estima que se recupera de manera mensual unas 12 toneladas de plásticos en cada recolección.

Buenos ejemplos

Los municipios verdes, con el proceso aceitado y la ciudadanía cada vez más comprometida, logra objetivos que son impactantes si los datos se ven en cifras. Comunas como Curuzú Cuatiá, Bella Vista o Goya recolecta cada mes unos 42800 kg de cartón,  55000 kg de vidrio, 18000 kg de papel, 20000 kg de plástico y unos  30000 kg de hierro. Y como el de los residuos es un flujo que nunca para, esos volúmenes multiplicados por los doce meses del año son verdaderamente significativo. En ese camino, las acciones por afianzar los procesos continúan.

Mocoretá avanza en la construcción de su planta de tratamiento de residuos, fomentan espacios de educación ambiental, dictan charlas sobre compostaje y afianzan el compromiso con las escuelas para comenzar a trabajar en nuevos procesos. Mientras en Bella Vista anunciaron la construcción de su segunda planta y se fortalecen con concursos que premian con viajes a los alumnos, así las “Escuelas Verdes” no ceden en la recolección y separación de materiales reciclables.

Otra comuna que incentiva los procesos con concursos escolares es Caá Catí, donde además supieron aprovechar plásticos para convertir botellas en hilo y fabricar escobas. En Saladas hay un trabajo fuerte de educación ambiental, allí comenzaron trabajando con una cooperativa para el reciclado de papel y cartón y luego extendieron el acopio hacia otro tipo de materiales.

En Itatí comercializaron unas 120 toneladas este año, con un trabajo enlazado con una cooperativa de Capital, que retira y compra estos residuos que la comuna y familias de recuperadores se encargan de separar para vender.

Esas y otras experiencias alientan a que 2025 sea un año donde se vean más acciones amigables con el ambiente a partir de las buenas prácticas en la gestión integral de residuos.