El Presidente busca dar una señal de ajuste. Reducirá por decreto el número de carteras. De las 19 actuales, quedarían 10. Puja para que Salud y Trabajo no sean rebajadas a secretarías.
Caía la noche en Olivos y se iban despejando algunas cuestiones, aunque lo que más costaba era la reestructuración en la administración de Mauricio Macri. Ya estaba el punteo de las medidas económicas y sociales “consensuado”, de acuerdo a uno de los funcionarios que salía y había pasado toda la tarde en la quinta presidencial. Serán anunciadas este lunes, en otro intento del Gobierno de contener el dólar, en una conferencia de Nicolás Dujovne -ratificado en Hacienda- antes de partir a Washington para negociar con el FMI. Pero los cambios en el Gabinete “seguían en discusión con los radicales y Lilita” hasta tarde, por los lugares en el nuevo organigrama con casilleros reducidos y los enojos de Elisa Carrió por salidas y posibles ingresos. “Ahora tiene que decidir el Presidente”, decía otro asistente a las reuniones. Macri daría un discurso a primera hora.
De los 19 ministerios que hay en la actualidad, el Presidente prepara un decreto para bajar la cantidad de carteras a 10, según informaron en el oficialismo: Cancillería, Interior, Justicia, Transporte, Seguridad, Desarrollo Social, Hacienda, Producción, Defensa y Educación.
Algunos pujaban por sostener a Salud y a Trabajo como ministerios. La UCR rechazaba que Salud, en manos del radical Adolfo Rubinstein, fuera rebajada a Secretaría.
No habría en las próximas horas cambios de nombres, salvo los ministros que no acepten ser “degradados” a secretarios.
Fue otra jornada intensa, reflejo del nerviosismo del Gobierno en el intento de ponerle fin a la corrida cambiaria y encauzar la economía, en la que la Quinta de Olivos volvió a convertirse en el epicentro de las cumbres con un desfile de funcionarios para definir e informar internamente las medidas y la reducción de ministerios.
Con el “achique” de su gabinete, Macri buscará dar una señal de ajuste de la estructura política -aun cuando el propio Presidente no lo consideraba determinante más allá de lo simbólico- y mostrar cambios con el objetivo de afrontar el desgaste, junto con un paquete de medidas para ajustar el gasto y aumentar la recaudación: una alícuota general de 10% de retenciones a las exportaciones y la suspensión de la rebaja de impuestos prevista en la reforma tributaria, entre otras. Y anuncios de asistencia social a los sectores más vulnerables.
Ratificado Marcos Peña -jefe de Gabinete- desde el viernes, luego de la presión en la semana que el dólar superó los 40 pesos y luego cerró a 38, la sucesión de reuniones en Olivos generó múltiples versiones y candidatos a ocupar ministerios durante todo el fin de semana. Como había anticipado este diario, los coordinadores Mario Quintana y Gustavo Lopetegui dejarán ese lugar poderoso, lo que implicará un recorte de atribuciones para Peña. A modo de consuelo les ofrecieron dos cargos con menor peso y visibilidad: a Lopetegui asesor con despacho en la Casa Rosada, a Quintana controlador de las empresas privadas con participación del Estado. No alcanzó con la defensa de Carrió, que los consideró “los mejores funcionarios” en su cuenta de Twitter.
Andrés Ibarra, hombre de confianza de Macri desde su época de empresario, como dirigente de Boca y en el Gobierno de la Ciudad, se perfila para ocupar un rol similar al de los vicejefes desplazados.
Dujovne, en cambio, fue respaldado cuando avanzaban la tarde y las reuniones en Olivos. Así quedaba fuera de carrera la opción de otro regreso: el de Carlos Melconian, ex titular del Banco Nación, que se había reunido con Macri y según una alta fuente había pedido la salida de Quintana, Lopetegui y Luis Caputo como condiciones para tomar las riendas de la economía. Dujovne finalmente pulió los anuncios antes de viajar a Washington con el presidente del Banco Central para negociar con la directora del FMI, Christine Lagarde.
Rogelio Frigerio -ministro del Interior- habló con Alfonso Prat Gay para ofrecerle el cargo de canciller. Hasta este domingo a la noche no estaba confirmado el regreso del ex titular de Hacienda y él mismo negaba entre sus íntimos que estuviera definido, como sostenían algunos. Prat Gay había salido del Gobierno en diciembre de 2016 por sus diferencias con Peña.
Jorge Faurie, el actual canciller, emprendió el regreso de sus vacaciones en Portugal: se haría cargo de parte de la organización del G20, como una salida elegante.
A Martín Lousteau, otro ex funcionario del Gobierno -fue embajador en Washington -, le hicieron llegar un ofrecimiento para el Ministerio de Educación, que absorberá los de Cultura y Ciencia y Tecnología. No lo aceptó. Los dos economistas se acercaron en el último tiempo a la UCR, que buscó imponer su repetido reclamo de mayor participación con lugares en el Gobierno. Ernesto Sanz -uno de los cofundadores de Cambiemos- pasó buena parte de la jornada por la Quinta de Olivos. El ex senador rechazó otra vez incorporarse al Gabinete, en este caso en lugar de su correligionario Oscar Aguad, en la cartera de Defensa.
Antes de asumir Macri, había declinado conducir el ministerio de Justicia. Carrió no estuvo estos días en Olivos pero advirtió sobre el ingreso de dirigentes radicales que pasaron a integrar su lista de enemigos. “Si vas a tener a oportunistas y traidores en Cambiemos, me vas a perder a mí”, le había advertido al propio Macri el sábado, como contó Clarín.
A las reuniones en la Quinta asistió Fernando Sánchez, uno de sus hombres. Carrió ya había expresado en diciembre su malestar con Sanz: “Por suerte no está más”.
En cuanto al nuevo organigrama, Trabajo se integrará a Producción -igual que Agroindustria y Turismo- y Salud a Desarrollo Social. Energía también pasará a ser secretaría dependiente de Hacienda y Modernización y Ambiente quedarían bajo la órbita de Jefatura de Gabinete. El Sistema Federal de Medios perdería su rango.
Fuente: clarin.com