Desde que se confirmó la final con River creció en su nivel y liderazgo. Con la experiencia a cuestas y el sentido de pertenencia por la camiseta, Carlos Tevez va por su última gran final.
“Es la final más importante de mi carrera; esta vez no es por mi, es por la gloria del club”, dijo Carlos Alberto Martínez Tévez el último sábado, antes de subir al micro que lo llevó al hotel Madero desde la Bombonera, tras ganarle a Patronato por la mínima.
Aunque las frases de los protagonistas muchas veces son un simple conjunto de palabras, los dichos del ‘23’ de Boca solo parecen encontrar verdad.
Desde que se confirmó esta final, la más importante de la historia del fútbol argentino, la actitud de Tevez fue en consonancia con lo que le dijo el sábado a la noche.
El nacido en Fuerte Apache levantó su nivel de manera considerable, algo apreciable a los ojos de cualquiera, que se mezcla además con una marcada mejora en su condición física. Se lo ve más ágil, rápido, fino y, por sobre todo, de mejor humor.
Mientras muchos de sus compañeros, y rivales, parecen absorbidos en la presión, Carlos crece en su liderazgo. Sin que nadie se lo pida, se lo exija, o reclame, se puso al frente del equipo de cara a la final y la hizo suya. Levantó la bandera.
Ubicó a Izquierdoz en tiempo y espacio con una arenga en el círculo de la Bombonera, recibió el canto de su gente el último fin de semana cuando se levantó como figura y reunió a todo el plantel en su casa de San Isidro en la noche del martes.
Sobre su espalda cuenta con la ostentosa cifra de 26 títulos, esa que lo transformó en el argentino más ganador detrás de Messi. Ganó 14 finales, en las que marcó ocho goles, entre la que se destaca una Copa Libertadores, siendo el único jugador del ‘xeneize’ que sabe lo que es levantar ese trofeo con esa camiseta.
Pero además de la experiencia, en las ganas de Carlitos parece haber algo más. Parecería que por estas horas, el hijo de Segundo Raimundo Tevez y Adriana Noemí Martínez, recuperó la alegría. Y eso no tiene medida.
El surgido de All Boys es el más experimentado de su plantel, pero el más hincha de todos los que lo integran. La sensación que deja como saldo su desempeño en los últimos días, es la de alguien que encontró el equilibrio entre ambas cosas, dejándose así absorber por la presión y mostrando su mejor versión en consecuencia. Un peligro para River.
Aunque todavía no está confirmado si Guillermo Barros Schelotto lo utilizará desde el arranque de la final, su ex compañero campeón en 2003 le demostró que está listo. Y eso, en tiempos de dudas, no es poco.
Hace 16 años atrás el célebre Gustavo Cerati presentó un disco en el que dijo “¿Para qué creer en el azar? Yo nací para esto”. Una frase que quizás ayude a explicar que hoy Tevez parece estar en el lugar indicado, en su momento justo. Con la seguridad de quien ya decidió poner su cinturón de campeón sobre la mesa y jugarse todo de nuevo, quizás por última vez.
Algo que no es ningún secreto a voces. Solo basta con ver su mirada, la esperanza de Boca.