La visita era esperada en los últimos días pero se fue postergando. Y, finalmente, este sábado el presidente Mauricio Macri pudo visitar a Rocío Villareal (25), la policía baleada el lunes pasado en el ataque a una comisaría de San Justo.
Macri primero se reunió con los policías que estuvieron en el episodio. También pudo charlar con las hermanas de Villareal y entró por un momento a la habitación de la sargento en el Centro Médico Fitz Roy, en el barrio de Palermo, para "darle todo el apoyo", según fuentes oficiales.
La visita fue confirmada por el ministro de seguridad, Cristian Ritondo, quien contó que "el Presidente habló con Rocío, estuvo con ella charlando unos minutos, ella le pidió tomarse una foto". Además, el funcionario detalló que el presidente estuvo acompañado de su esposa, Juliana Awada.
Villarreal fue baleada por delincuentes que intentaron liberar a un detenido de la comisaría 1° de San Justo, el lunes a las 5 de la madrugada. Un grupo de al menos cuatro delincuentes vestidos de policías, armados y con una herramienta cortacandados intentó copar la seccional entrando a los tiros para liberar a Leandro Aranda (22), preso por un crimen narco.
La sargento está estabilizada y su evolución es buena, pero aún no puede mover las piernas, por lo que su pronóstico es reservado. El director médico de la clínica, Mario Schusterhoof, había indicado que era muy pronto para decir si la sargento iba a poder volver a caminar, dado que la bala provocó graves heridas en la médula. Sin embargo, había destacado la predisposición y la fuerza de la paciente.
Hoy, tras la visita del presidente, Schusterhoof habló sobre el estado de salud de la joven. “Estaba bien ayer y hoy está aún mejor de ánimo, que es muy importante en este tipo de afecciones”, contó el director del centro médico.