El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, llamó este martes por teléfono al presidente argentino, Mauricio Macri, y le pidió que intercediera para que el amistoso entre la Selección Argentina y su par israelí se dispute finalmente en Jerusalén.

Fue luego de que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) decidiera suspender el encuentro programado para el sábado 9 luego de que militantes de la causa palestina realizaran diferentes manifestaciones para evitar se ruede la pelota en el estadio Teddy Kollek, en el vecindario de Malha.

Fuentes oficiales señalaron que Macri le dijo a Netanyahu que había hecho una consulta en la AFA y que le informaron que los jugadores habían decidido no jugar el partido luego de las amenazas recibidas por el capitán del equipo, Lionel Messi.

Acto seguido, el mandatario argentino le ofreció "disculpas" al premier que en 2017 estuvo de visita oficial en el país.

La información la hicieron circular primero diarios israelíes como The Jerusalem Post y aquí la Agencia Judía de Noticias. Luego fue confirmada desde la Casa Rosada

Según trascendió periodísticamente, días atrás, cuando la asociación de fútbol y autoridades palestinas comenzaron a pedir la suspensión del partido, la AFA consultó al gobierno de Macri qué hacer. Este le habría respondido que el cambio de sede del amistoso podía causar problemas. Y así fue.

Originalmente, el amistoso estaba planeado para Haifa, pero negociaciones fuertes de Netanyahu lograron mudarlo a Jerusalén, una ciudad disputada por igual por palestinos e israelíes.

Hoy, consultado al respecto en Washington en el marco de la Asamblea de la OEA, el canciller Jorge Faurie dijo que "Argentina es una país que mantiene una política de equidistancia con Israel y el Pueblo Palestino".

Dijo también que "la interpretación que hizo un sector de opinión, generó un clima de inquietud, que es lo que está resolviéndose". Y agregó: "Entiendo que la AFA está haciendo una evaluación de la situación y yo hasta el momento no tengo total certeza de la cancelación".

De hecho, que Estados Unidos mudara la embajada de Tel Aviv a Jerusalén fue duramente criticado por la comunidad internacional. Y encendió nuevos enfrentamientos que dejaron decenas de palestinos muertos a manos de las fuerzas israelíes.