Hubo de todo: dos expulsados, dos penales y una roja anulados por el VAR y una intensidad digna de final. Para Alfaro, aplausos.
Pareció una final. Intensidad, chances de gol, ataques directos, pierna fuerte, polémicas arbitrales, rojas, amarillas, reclamos, VAR en su máxima expresión… Todo eso ofrecieron Ecuador y Brasil durante más de 100 minutos que fueron extremadamente atractivos para los neutrales y de un gran sufrimiento para los locales, que no pudieron cerrar su clasificación al Mundial. Igual, más que digno el trabajo de los de Alfaro: siguen terceros y se dieron una gran muestra de de confianza jugándole de tú a tú al líder invicto de estas Eliminatorias.
El primer tiempo tuvo todos los condimentos para que fuera imposible despegarse del televisor. En el arranque, pintaba que Ecuador -con sus necesidades y la altura de aliado- se llevaba puesto a un Brasil que parecía relajado: apenas iba un minuto cuando Plata le colocó un tiro libre como con la mano a Valencia, quien cabeceó solo al lado del palo. Sin embargo, instantes después un error defensivo le regaló un corner a los de Tite y Domínguez empezó a mostrar sus dudas: salió mal y luego de varios rebotes, Cunha la metió adentro de cabeza y Casemiro empujó en la línea. La gente sintió el impacto y el equipo, también, aunque no imaginaban que se venían 10’ para el olvido.
Porque si el pobre arquero ecuatoriano ya no daba tanta seguridad en cada ataque rival, un pelotazo largo del volante central de Real Madrid alcanzó para transformarlo en el responsable de que su equipo tuviera que remar contra la corriente. Fue a cortar afuera del área, calculó mal el pique (la cancha no lo ayudó, es cierto) y le metió un planchazo en el cuello a Cunha, que había ido a buscar esa pelota. Y acá la primera aparición del VAR: Roldán omitió la patada, fue llamado correctamente para revisar la jugada y lo echó.
Pero por algo algunos sabios de este deporte insisten en que las finales son cosas de grandes. Y este partido, jugado como tal, no fue entendido por Emerson (23 años): una patada suya a destiempo e innecesaria cuando su equipo transitaba el quinto minuto con uno más emparejó las cosas. Sí, los dos con 10. Y la Verdeamarela podría haber quedado con nueve si es que el VAR no salvaba a Alisson. Ese pack de acciones picó el encuentro, que se empezó a jugar con bastante pierna fuerte y con un Ecuador protagonista.






























