Con un participación histórica pese a la pandemia del coronavirus, y en medio de una gran efervescencia social, Chile aprobó por una amplia mayoría el establecimiento de una nueva Constitución y optó por dejar atrás la ley fundamental que rigió los destinos del país desde la dictadura de Augusto Pinochet.
Con un 77,9% de respaldo por la opción de crear una nueva Carta Magna y con un 22% para el rechazo, y con un 62,2% de las mesas escrutadas, el resultado fue más amplio de lo que los sondeos previos anticiparon, en una jornada que se caracterizó por la tranquilidad del proceso, pese a la aglomeración de público alrededor de los locales de votación y una serie de protocolos sanitarios que se implementaron para sufragar.
El referéndum también arrojó un masivo apoyo para la Convención Constitucional como el mecanismo encargado de elaborar la nueva ley fundamental. Con un 78,95%, la opción que determina la creación de un órgano integrado por miembros elegidos en su totalidad por la ciudadanía, se impuso la Convención Mixta que obtuvo un 21,05%.
Cerca de las 21 horas se dieron a conocer los primeros resultados, que establecieron una clara tendencia a favor del “apruebo” con el conteo de los votos en el extranjero y de las mesas que cerraron más temprano. Con el correr de los minutos, la tendencia se consolidó y se iniciaron diversos festejos en todo el país.