Fue por 138 votos afirmativos contra 103 negativos y 8 abstenciones. El proyecto pasa así al Senado.

El oficialismo de Cambiemos con el apoyo de un sector del peronismo federal, que votó dividido, logró darle esta madrugada en la Cámara de Diputados la media sanción al proyecto de Presupuesto 2019, que contempla un fuerte recorte del 30 por ciento para obras públicas y un ajuste severo en las cuentas públicas, con el objetivo de lograr el déficit fiscal primario cero, un requisito del FMI al gobierno macrista para darle auxilio financiero a la Argentina.

A las 5.46 luego de más de 18 horas de sesión, la pantalla del recinto marcó 138 votos afirmativos, 103 negativos y 8 abstenciones. En un final escandaloso, el FpV se levantó de sus bancas y dejó el recinto luego de que el titular de la Cámara, Emilio Monzó, hizo lugar a una moción de orden del diputado Luciano Laspina de aprobar en particular la ley en una sola votación. Tras la propuesta de Laspina, Monzó no le dio la palabra al kirchnerista Axel Kicillof, defendiendo que era “moción de orden” y se pasaba a votar, y citó “el criterio” del ex titular de la Cámara durante la última etapa del cristinismo, Julián Domínguez. Los K se levantaron entre gritos y acusaciones de “tramposo” a Monzó, y se fueron del recinto, pero no los siguieron ni el massismo ni la izquierda.

El proyecto pasa así al Senado, donde el oficialismo espera poder sancionarlo a mediados de noviembre. Los tiempos corren para el Gobierno de cara al acuerdo que pretende cerrar con el FMI, y porque necesita enviar una señal política antes de que a fines de noviembre tenga lugar en Buenos Aires la cumbre de Líderes del G20.

Los 138 votos afirmativos -casi el mejor escenario esperado por Cambiemos- se consolidaron con los del interbloque Cambiemos, de Argentina Federal y fuerzas provinciales, consecuencia del acuerdo que la Rosada tejió con gobernadores opositores en el nuevo Consenso Fiscal -también votado esta madrugada y que posterga la rebaja de impuestos que se había establecido el año pasado-, para que las provincias puedan compensar parte de los recortes que sufren en el Presupuesto, ante la eliminación del Fondo Sojero y las quitas de subsidios al transporte y a la tarifa social eléctrica.

Justamente, la “adenda” al pacto fiscal del año pasado fue una de las leyes “complementarias” que se votaron como parte del paquete. Las otras dos fueron los cambios en Bienes Personales -recaudación prevista de 33.000 millones de pesos, casi la mitad se coparticipa a las provincias- y la suspensión del ajuste por inflación en los balances de las empresas, para no perder una recaudación -al haberse disparado la inflación- de 100.000 millones de pesos.

Con el rechazo del Frente para la Victoria, el Frente Renovador, el Movimiento Evita, el flamante bloque de ex massistas que lidera Felipe Solá, y la izquierda, este Presupuesto resultó el menos votado de la era Macri. El de 2017 había tenido 177 votos a favor (58 en contra y 4 abstenciones) y el de 2018, 165 (64 en contra y 1 abstención).

En los discursos de cierre, Graciela Camaño, jefa del bloque renovador, fustigó al Gobierno y a los K: “Se termina el marketing político de los consultores caros, nunca hubo lluvia de inversiones, el gradualismo pasó sin pena ni gloria, nunca convergieron las variables y formó parte del relato de Macri que intenta centrar el origen de todos los males pasados en el gobierno anterior”. Pero Camaño sostuvo en alusión a los K que “nadie puede erigirse en fiscal de nada. En 2010 fue escandalosa la operación del oficialismo para lograr los votos de la oposición al Presupuesto”.

Pablo Kosiner, jefe del interbloque de Argentina Federal, justificó en cambio el apoyo de una porción de sus 33 diputados. Sostuvo que “el diagnóstico justifica el voto de rechazo pero el día después, no implica que no tengamos presupuesto”. Enumeró “logros” en la negociación, como la eliminación del artículo 53 que pretendía el Gobierno para “reestructurar” deuda pública según “condiciones del mercado”, hasta la creación de un fondo compensador ante la quita de subsidios al transporte.

“Es un gobierno que ha fracasado y por eso ha enviado este Presupuesto, pero peor es someterse a que el jefe de Gabinete pueda disponer” de los recursos. Precisó que el jefe de Gabinete si se extendiera el presupuesto anterior (ante el eventual rechazo del proyecto) tendría 1 billón de pesos de libre disponibilidad, “6% del PBI”.

Casi a las 5 de la mañana, el jefe de la bancada kirchnerista, Agustin Rossi, inició su cierre para preguntar “por qué el apuro” en sacar la ley y respondió: “Había que llevarle algo al bureau del Fondo que el viernes va a tratar el acuerdo” con la Argentina. “Nadie sabe de esta Cámara qué firmó el Gobierno con el Fondo Monetario”, cuestionó. Rossi defendió las políticas del gobierno kirchnerista y sostuvo que “es mentira que el único camino que tiene el pueblo argentino es inmolarse en el altar de la deuda y del ajuste”.

El radical Mario Negri fue el último en hablar, muy picante. Les dijo en distintos tramos a los K que dejaron 30 por ciento de pobreza, que eran “socios de Venezuela” que si seguían “nos hubieran dejado forfai”. Los trató de “seudorevolucionarios” y al gobierno K de “populismo cleptocrático”. Hubo revulsión en la bancada kirchnerista, que anticipó el abandono del final.

Fuente: clarin.com