Lo reveló un informe oficial. Por primera vez superan en cantidad de víctimas fatales a los automovilistas.
Falta de educación vial y concientización, sumada a pocos controles y sanciones. En este escenario, por primera vez, los motociclistas encabezan la lista de víctimas fatales en siniestros viales: hoy representan 4 de cada 10 muertos en el tránsito a nivel nacional. Históricamente, eran más los automovilistas. El uso de casco, clave para la prevención, está entre los más bajos de la región, según un informe del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Los ocupantes de autos, que en 2016 representaban el 39% de los fallecidos, pasaron a un segundo lugar con el 32%, en 2017. Ese año, el 38% de los muertos circulaban en moto, mientras que en 2016 el porcentaje había sido del 25%.
El cambio de tendencia tiene varias explicaciones. Una de ellas está vinculada al crecimiento del parque de motos que, según ANSV, fue de un 37% en los últimos cinco años. Dicho incremento hizo que, en la actualidad, tres de cada 10 registros sean de vehículos de dos ruedas.
En el norte del país, donde la situación es aún más compleja y la mitad de los fallecidos son motociclistas, hay incluso más motos que autos. Chaco y Formosa son las provincias más afectadas. Casi en 9 de cada 10 siniestros se registra la participación de una moto.
“El déficit en materia de transporte público en zonas periféricas de gran parte del país lleva a que muchos viajen en moto y a que las autoridades municipales de estos sitios miren para otro lado. A la vez, es más económica que el auto”, explicó Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano. Y asegura que hay casos en los que “se convirtió en el vehículo familiar, en el que circulan con más de un acompañante, algo que está prohibido por ley y es peligro”.
En la moto, la carrocería es el conductor y quien lo acompaña. A tal punto que tienen una probabilidad 26 veces mayor que los automovilistas de fallecer en un siniestro vial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La falta de conciencia al respecto también está asociada al aumento de casos. Según el Observatorio de Seguridad Vial, las principales víctimas fatales en moto, que son hombres de entre 15 y 24 años, toman decisiones inseguras sustentadas en creencias que transforman en verdades objetivas. Entre ellas, piensan que la destreza del conductor compensa la transgresión. Es decir, que sus capacidades de manejo los protegen de los peligros que asumen. Además, sostienen que la conducción a baja velocidad no implica riesgos. Por esta razón, en distancias cortas y manejando despacio no usan casco.
El mismo estudio realizado por el Observatorio muestra que no se hace lo que se dice. En las encuestas, el 75% declara usar casco y el 98% está de acuerdo con su obligatoriedad. Sin embargo sólo lo utiliza el 65%. Y los números muestran que quedamos lejos de otros países de la región sobre este punto. En Chile, el 99% usa casco. En Perú, el 98% y en Uruguay, el 85%.
Protegerse la cabeza correctamente disminuye el riesgo y la gravedad de los traumatismos alrededor de un 72% y las probabilidades de muerte en un 39%.
Pablo Azorín, jefe de Seguridad Vial de la Federación Internacional del Automóvil, asocia esta realidad a la falta de controles. “Se hacen cada tanto, los fines de semana largo y no es suficiente. Hay que verificar que lleven casco, exigir la verificación técnica de la moto. Los conductores deberían pasar pruebas rigurosas para sacar y renovar el registro. Está la falsa idea de que una moto chica es como una bicicleta, pero no. Los chequeos psicológicos también son importantes”, señala Azorín.
Carlos Alberto Pérez, director ejecutivo de la ANSV, explica a este diario que están trabajando para “incentivar la fiscalización” aunque es complejo porque los controles dependen de cada jurisdicción. “Estamos promoviendo en la mayoría de las ciudades la incorporación de pistas de comprobación de aptitudes para el manejo de motos. Además, apuntamos a que conducir con faltante de documentación o sin casco implique el secuestro de la moto y una multa en todos los casos”, sostiene Pérez. Dice que están al tanto de que, “por la ausencia de transporte público de calidad, en muchas regiones la moto es la opción para movilizarse y, por ejemplo, llevan a los niños a la escuela en ella. Nosotros desalentamos esta práctica aunque no podemos negar que es algo que ocurre”. En esta misma línea, adelanta que está por salir una campaña a nivel nacional en la que se va a promover la conducción segura en moto y el uso de casco.
Nuevas medidas de seguridad
Este jueves se firmará un acuerdo entre Transporte, Producción, la Cámara de Fabricantes de Motovehículos y la Cámara Argentina de la Motocicleta para sumar cinco ensayos con los que buscan elevar los estándares de seguridad de las motos que se venden en el mercado local.
Se trata de verificaciones sobre el caballete, el depósito de combustible, los salientes exteriores que forman parte de la estructura del rodado, el trabavolante y las manijas de agarre del acompañante.
Deberán implementarse a partir de 2021 para nuevos modelos y en 2023 para el resto. Estas pruebas se suman a las que ya se realizan desde enero de este año, a partir del decreto 32/2018, sobre el sistema de frenos, los neumáticos, los espejos retrovisores, el dispositivo de señal acústica, el sistema de iluminación y señalización y la identificación de comandos.