Contra todos los pronósticos, la Corte Suprema de Justicia, por unanimidad, le puso un freno al Gobierno y suspendió los traslados de los camaristas Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli al aceptarles un recurso de per saltum. También ordenó al Consejo de la Magistratura que no avance en el proceso de cubrir sus vacantes.
El fallo es un revés para el presidente Alberto Fernández y para Cristina Kirchner, que habían fustigado a la Corte, luego de que consiguieron que el Senado les negara un nuevo acuerdo a los jueces que habían investigado o iban a juzgar a la vicepresidenta por corrupción y se decretara el regreso a los cargos que ocupaban en 2017 y 2018.
Ahora todo ese trámite queda suspendido por esta medida previa tomada por “razones de urgencia”. La Corte le impuso al expediente un trámite exprés, con la suspensión de los plazos habituales, para tomar una decisión de fondo sobre la constitucionalidad de los traslados de estos camaristas. Puede ser en dos o tres semanas. O menos.
El fallo fue unánime, aunque el presidente Carlos Rosenkrantz en su propio voto entendió que se estaba frente a un asunto de gravedad institucional que comprometía la república. “Es inocultable entonces que el caso reviste una gravedad institucional inusitada, pues en su decisión se encuentra comprometida una institución básica del sistema republicano”, dijo.
El procedimiento indicado en el fallo que firmaron Rosenkrantz, Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti, Elena Highton y Juan Carlos Maqueda es que en 48 horas corridas el Consejo de la Magistratura, fije su postura y que luego en el mismo plazo opinará el procurador General de la Nación, Eduardo Casal. Recién entonces, con todos los argumentos sobre la mesa (los de los camaristas, los del Estado y los del fiscal) la Corte tomará una decisión de fondo.
Los jueces comenzaron a las 11 las deliberaciones en un acuerdo extraordinario por zoom desde sus despacho, excepto la jueza Highton, que estaba en su escritorio particular por precaución por el Covid 19. Habían sido convocados por el presidente de la Corte, Rosenkrantz, la semana pasada.
Contra todos los pronósticos, la Corte Suprema por unanimidad, le puso un freno al Gobierno y suspendió los traslados de los camaristas Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli al aceptarles un recurso de per saltum y ordenó al Consejo de la Magistratura que no avance con cubrir sus vacantes. La Corte entendió que debía intervenir de manera extraordinaria y aceptó el recurso porque dijo que estaba en peligro la protección de sus derechos.
Los jueces de la Corte señalaron que se trataba de responder al reclamo de los camaristas de manera “idónea, oportuna, efectiva y eficaz” para proteger sus derechos. Los persuadió de intervenir el hecho de que la Cámara Contencioso Administrativo Federal demoraba una decisión y mantenía abierta una puerta para resolver el caso.
El fallo de Cámara impedía a la Corte dictar un per saltum porque estaba habilitada esa instancia y ese camino aparecía como un remedio válido. Pero con el correr de los días el Gobierno avanzó con otras decisiones que cambiaron el escenario: el Senado les negó un nuevo acuerdo a los camaristas y el Poder Ejecutivo dictó un decreto para retrotraerlos a los lugares que ocupaban en 2017 y 2018, todo en menos de 24 horas.
Por eso la Corte entendió que no podía esperar más. “Las circunstancias originarias se han modificado a la luz de acontecimientos sobrevinientes que implican pasos concretos destinados a obtener la inmediata ejecución de las medidas impugnadas, con el riesgo cierto de tornar ilusorio el derecho cuya tutela procuran los actores, privándolos de su acceso a la Justicia”, dice el fallo. En otras palabras, si no actuaban ahora, todo iba a ser en vano.
Además, la Corte explicitó que no se trataba de resolver el caso de Bruglia, Bertuzzi y Castelli, sino que estaban en juego problemas que “atañen a la comunidad”. Los cortesanos señalaron que “está en juego la interpretación constitucional de los traslados de los jueces federales”.





























