Adriana Beramendi con cuatrillizos en la panza tuvo que viajar raudamente de Salvador Massa, en Salta, donde vive, a Buenos Aires para renovar el DNI que tenía vencido y necesitaba tramitar la partida de nacimiento en Moreno (sin él no podía recibir más los medicamentos que trataban una de sus dos enfermedades). La acompañó su mamá. Sería un viaje muy breve. Pero no pudo ser. El 7 de mayo nacieron los cuatrillizos en el Hospital Ramón Sardá. En dialogo con Teresita Lotero y Diego Romero en Abierto a la Tarde (lunes a viernes de 16-18 horas por La Red Corrientes ), dio detalles de cómo pudo enfrentar la soledad y los miedos en medio de la pandemia del COVID-19.

“No tengo otros chicos, son los primeros” dijo la mama primeriza de cuatrillizos “en el momento que yo me entere del embarazo estaba pasando por una situación delicada de salud, justo en el momento que la doctora me decía que no debía embarazarme porque tenía una enfermedad muy grave llamada Lupus, yo enfrentaba otra que se denomina púrpura trombocitopénica idiopática (en palabras más simples, el sistema inmune ataca a las plaquetas). Se parece a la trombofilia, donde la sangre se coagula en el acto. Estaba muy riesgoso mi embarazo”, añadió.

“Tomé la decisión de seguir con mi embarazo, sentí miedo y felicidad, cuando ya me entere que eran cuatro, se me cruzaron los sentimientos, sentía terror, felicidad, angustia. Puede aguantar 30 semanas y 2 días, nacieron el 7 de mayo.  Gracias a la bendición de Dios están bien, ahora tengo a tres en cuna y uno en incubadora, la otra semana ya iría a cuna, están aprendiendo a tomar el pecho y complementarlo a la mamadera. Los bebes se llaman:  Zoe Fiorella, que nació con 1,300 kilos; el segundo, Jeziel, con 990 gramos; le siguió Adriel Yamil, con 1,080 kilos; y por último, Ulises Gabriel (como el papá), pesó 1,460 kilos.

Consultada acerca de su salud por Teresita Lotero, Adriana contó “la verdad fue todo un milagro, me encuentro bien como antes de estar embarazada”.

“El papa de los bebes se quedó varado en Bolivia porque él iba a pasar los 15 días de cuarentena con su familia. Bolivia queda cerquita de Salvador Mazza, entonces pasaban 15 días y me acompañaba en el embarazo, y tenía muchas ganas de estar en los nacimientos de bebes. En esos días se cerraron las fronteras y lamentablemente no volvimos a estar juntos”, recordó.

“Tengo la esperanza que de una manera pueda estar conmigo. La verdad a veces siento que me caigo cuando veo a mis bebes me levanto, me hace mucha falta, le pido a Dios todos los días que haya una posibilidad de que él pueda estar con nosotros, el padre solo los vio por fotos. Estoy en Buenos Aires hace cuatro meses. Estoy muy agradecida con el Hospital Ramón Sardà, porque desde el momento que pise el hospital me trataron de la mejor manera, los médicos, enfermeros, el director. Hasta hoy me han ayudado a sobrellevar muy bien”, comentó.

“Yo llegue acá con mi mamá, ahora no puede entrar, pero me ayudó los cuatro primeros días por la cesárea no podía moverme, ahora no permiten visitas, para cuidar muchísimo a los bebes, estoy en sala de madres en el hospital, así que estoy todo el tiempo con ellos, mi mamá puede venir a verlos una o dos horas nomas por día”, dijo.

“En este momento mi esposo no está trabajando por el tema de la cuarentena, hay muchas personas que me han ayudado, me han traído ropitas para mi bebes, estoy eternamente agradecida. Hay muchas cosas que me quieren donar, pero no tengo lugar fijo para vivir. Voy a necesitar muchas cosas para mi bebes pero cuando me den el alta”, finalizó.