River Plate y Boca Juniors siguen enfrentados por la decisión oficial de Conmebol sobre la postergada Superfinal de la Copa Libertadores. Ahora todo pasa al Tribunal de Disciplina.

 

La Conmebol confirmó hoy que la final entre River y Boca por la Copa Libertadores se jugará en el exterior, aunque aclaró que esa decisión estará sujeta a lo que resuelva el Tribunal de Disciplina ante la presentación efectuada por el club “xeneize”.

El organismo indicó que el partido se disputará “entre el 8 y 9 de diciembre”, pero no en Argentina, y aclaró que aún no se definió el escenario donde se disputará el partido.

El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, aseguró que el partido se jugará “fuera de Argentina porque no están dadas las condiciones para que sea en ese país”.

En el comunicado difundido por el organismo sudamericano explicó que una vez que el Tribunal Disciplinario se expida, si es que lo hace en favor que se juegue el partido, la Conmebol “se hará cargo de todos los gastos de viaje, hospedaje, alimentación y traslado interno de hasta 40 personas por delegación”.

Indicó que “las coordinaciones de seguridad con las autoridades correspondientes” correrán por cuenta de la Conmebol.

 

En el comunicado de Conmebol, donde se especificó que todo queda sujeto a lo que resuelva el Tribunal de Disciplina, tomó como parámetro el articulo 4 del Reglamento de la competencia en el que señala que la entidad lo elaboró “de forma de garantizar los principios de integridad, continuidad y estabilidad de las competiciones”.

 

“Las competiciones organizadas por la Conmebol exigen la colaboración de todos los involucrados de forma a prevenir comportamientos antideportivos, particularmente la violencia…”, indicó Conmebol.

 

También se hizo referencia al artículo 35 que establece que “en caso de mediar alguna dificultad o imposibilidad para disputar un partido en la sede, fechas y horarios estipulados, quedará al exclusivo juicio de la Conmebol adoptar las modificaciones que considere pertinentes”.

 

“La Conmebol podrá a su criterio modificar fechas y horarios, cuando lo considere prudente o necesario. También podrá cambiar la sede del encuentro como alternativa de solución”, expresó.

 

Difícilmente el Tribunal de Disciplina vaya en contra de la decisión de la conducción de la Conmebol, más allá que el mismo es un ente autónomo a la decisión de la entidad sudamericana.

 

 

Tras conocerse el comunicado de Conmebol, el presidente de Boca, Daniel Angelici, indicó “no estar conforme con que se haya puesto una fecha” para el partido ante River y admitió que “hay antecedentes” para que el Tribunal de Disciplina falle a favor del “xeneize”.

 

“Creemos que hay antecedentes suficientes para darnos la razón a lo que pide Boca. Y una vez que tengamos la notificación, si no estamos conformes, iremos al Tribunal de Apelaciones. Y si hay que ir al TAS en caso de un nuevo resultado adverso, lo haremos”, sostuvo.

 

A través de una ampliación de 46 fojas, Boca solicitó que se descalifique a River y se le dé por ganada la Copa Libertadores de América.

 

“No aceptamos jugar ningún partido”, afirmó Angelici, quien expresó que Boca tratará de recurrir a todos los elementos que existen dentro del seno de Conmebol para evitar un nuevo cotejo.

 

Según fuentes cercanas al ente organizador del fútbol sudamericano, la decisión -desde el inicio- fue ratificar el encuentro, castigando al “millonario” sacándolo de su estadio.

 

Incluso, hasta se barajó la chance que sea en Paraguay, tal como indicó el comandante de la Policía Nacional de ese país, Walter Vázquez, en declaraciones formuladas a AM 730 de Asunción.

 

“Estamos trabajando en la organización para ver cómo será el operativo. Sería el 9 de diciembre en Asunción”, dijo sin precisar si será con o sin público.

 

Conmebol trabaja con otras sedes en diferentes países, al tiempo que River busca lograr que el partido se dispute en el estadio “Mario Alberto Kempes”, el de mayor capacidad de Argentina después del Monumental, para no perjudicar a sus socios.

 

Boca mantiene firme su postura de hacer prevalecer al artículo 8.2, que hace referencia a que los clubes son los responsables de la seguridad en las adyacencias al estadio y por tal motivo sostiene que el partido no deberá jugarse y ser consagrado como campeón.