El base juvenil de Regatas Corrientes dialogo en exclusiva con La Red Corrientes luego de la consagración como campeón en Buenos Aires 2018. Allí contó lo duro que fue el partido de semifinales y la soltura de la final; recordó a los que lo acompañaros y –más allá de disfrutar el momento- quiere cambiar el chip para poner su cabeza en el ‘Fantasma’.

Marco Giordano, este rosarino de 18 años, transitó una de las mejores semanas de su vida, que se coronaron esta tarde con la victoria ante Bélgica 20-15 que le dio una nueva medalla de oro a la selección Argentina 3×3.

El jugador de Regatas Corrientes que será muy tenido en cuenta por Lucas Victoriano en esta temporada, fue uno de los máximos artífices de la selección nacional en esta edición reducida del básquet.

Luego del encuentro, en el Parque Urbano de Puerto Madero habló con La Red Corrientes y confesó que el logro “es algo inexplicable, algo único que todavía no puedo creer así que estoy disfrutando con mis compañeros y con mi familia que vino a verme”.

Luego destacó que ante Ucrania –lo ganaron en tiempo extra- “fue un partido extremadamente duro, estoy orgulloso porque lo sacamos delante de una manera increíble y en tiempo suplementario, donde ‘las patas’ no daban más, el cuerpo no respondía, supimos actuar así que muy contento y orgulloso”.

A la hora de enfrentar a Bélgica en la final “estuvimos muy sueltos, tranquilos, eso es algo que rescato del grupo; sin presiones hicimos un gran partido y sacamos a Bélgica de la cancha”, según palabras del rosarino que llegó hace dos años luego de ser observado por Juan Pablo Mascaró y con la anuencia de Nicolás Casalánguida.

“El entrenador (Juan Gatti) siempre dijo que juguemos con confianza, que demos el máximo, que no nos guardemos nada, que sea el resultado que sea nos vayamos contentos porque lo dimos todo”, confesó respecto a la forma en la que se encaró el juego decisivo, terminando con 11 puntos.

Giordano redondeó un promedio de 9 anotaciones por partido (se juegan a 10 minutos o el primero que marca 21), aunque se terminó de robar todos los flashes en los dos encuentros rumbo a la dorada: anotó 10 en la victoria 18-16 en semifinales sobre Ucrania y 11 en el encuentro definitorio ante Bélgica (20-15).

A la hora de poner este título en algún lugar, el base de Regatas manifestó que “es un Juego Olímpico de la Juventud, una medalla de oro, así que lo pongo entre uno de los títulos más importantes que tuve”.

Seguramente, al alcanzar el título, muchas cosas pasaron por su cabeza pero prefirió recordar  “el esfuerzo de cada uno de chiquito, del sueño que tenía de ser profesional, de dedicarme a esto, de llegar a la elite, así que todo ese esfuerzo valió la pena pero esto no queda acá, me tengo que seguir esforzando para mejorar, así que queda un camino largo todavía”.

Luego se le consultó sobre Regatas, equipo al que deberá sumarse y posiblemente sea de la partida este domingo ante San Martín. El rosarino contó que “vi los partidos, una lástima que hayamos perdido el clásico. Ahora hay que cambiar el chip, hoy es día de partido, de local, así que hay que tratar de conseguir una victoria para llegar de la mejor manera al clásico”.

Por último dejó un mensaje para sus seres más queridos, agradeciendo “a mi familia que me apoyó siempre; al Club Atlético Temperley (Rosario) que es mi segunda familia y a toda la gente de Corrientes”.