En una mañana calurosa en el Barrio Cichero, específicamente en la intersección de las calles Pringles entre Pampín y Gobernador Gallino, una situación alarmante ha captado la atención de la comunidad. Una foto viralizada en redes sociales muestra un enorme cráter de aproximadamente 6 metros de diámetro, dejando a dos casas prácticamente suspendidas en el aire, según reportan los vecinos.
El escenario es impactante, con niños y residentes preocupados por la estabilidad del terreno y el riesgo que representa para sus hogares. La situación se agrava con la llegada del temporal del fin de semana, que intensificó el hundimiento y acrecentó el peligro para los habitantes del área.
Según los testimonios recogidos por Roberro Ojeda en “De Regreso” el origen del socavamiento podría estar relacionado con problemas en el sistema de cloacas y la acumulación de personas construyendo en espacios verdes. Esto ha generado una crisis para los residentes, quienes han tenido que abandonar sus hogares por temor a derrumbes y robos, a pesar de la dificultad de acceso a las viviendas.
Sin embargo, una luz de esperanza se vislumbra con la intervención del gobernador y las autoridades locales, quienes han prometido soluciones inmediatas. Se está trabajando en la implementación de un nuevo sistema de desagüe y en reforzar la estabilidad del terreno afectado.
A pesar de los esfuerzos, la situación sigue siendo crítica y se espera que las obras necesarias para garantizar la seguridad de los residentes tomen al menos cinco o seis meses en completarse. Mientras tanto, la comunidad permanece en alerta y ha tomado medidas de precaución, como el relleno de bolsas de arena para proteger sus hogares.
La solidaridad entre vecinos es evidente, con muestras de apoyo y colaboración para enfrentar esta crisis. Sin embargo, la incertidumbre y el temor persisten entre aquellos cuyas vidas han sido trastocadas por este desastre natural.