Si bien desde Chile aseguraron que la definición entre River y Flamengo seguía firme en Santiago, los conflictos sociales continúan y los rumores crecen. Mañana, reunión de presidentes.
El fútbol en Chile atraviesa horas decisivas. La actividad está paralizada debido a los conflictos sociales y se llevan adelante reuniones para ver si la medida se puede levantar.
Mientras el torneo local no se juega, en Chile ratificaron la semana pasada que la final de la Copa Libertadores de América entre River y Flamengo se jugará en Santiago.
La palabra oficial llegó en medios de rumores que mencionaban la posibilidad de trasladar la final, versiones que continúan al mismo tiempo que persisten los problemas internos.
El traslado de sede sigue latente. La opción que sonó con mucha fuerza fue Asunción, ciudad que el próximo fin de semana recibirá el encuentro decisivo entre Colón de Santa Fe e Independiente del Valle por la Copa Sudamericana. Ahora, surgió la chance de Colombia: Bogotá.
Lo concreto es que pasan los días y la final de la Libertadores está cada vez más cerca. Y, por consiguiente, comenzó a hablarse también de postergar una semana la final si deben modificar la sede. El que se imponga de River y Flamengo deberá luego afrontar el Mundial de Clubes y su debut, en las semifinales, será el 17 de diciembre.
En medio de toda la incertidumbre, Conmebol llamó a una reunión de urgencia a los presidentes de los clubes finalistas y a los presidentes de las Asociaciones de Argentina, Brasil y Chile. Claudio Tapia (AFA), Rogério Caboclo (CBF), Sebastián Moreno (ANFP), Rodolfo D`Onofrio (River) y Rodolfo Landim (Flamengo) estarán presentes.