El conjunto azulgrana aplicó paciencia. Esperó a que el rival comenzara a mostrar debilidades para asestar golpes definitivos. De nuevo, el contraataque fue un arma tremendamente eficaz para los azulgranas.
Barcelona lamentó en la primera parte la lesión del belga Thomas Vermaelen, sustituido por el francés Samuel Umtiti en su reaparición tras lesionarse el 2 de diciembre.
La segunda mitad nació con el mismo equilibrio que la anterior, pero todo acabó a la hora de partido. Betis tiró mal la línea, Luis Suárez puso un gran pase hacia Ivan Rakitic y el croata definió con calidad. Y cinco minutos después el Betis volvió a hacer mal el achique y apareció Messi para fusilar a la red.
Barcelona había fulminado a su rival con dos acciones fugaces y completó la goleada en el minuto 69 con un remate de volea de Suárez. Tres goles en 10 minutos.
El marcador aumentó a los 80 minutos con un nuevo tanto de Messi al contraataque, una belleza de gol. Fue su decimonoveno tanto en la presente edición del torneo. Y ya en el minuto final llegó otra genial jugada del argentino que acabó con asistencia para Suárez, el hombre que cerró la amplísima goleada.
Así es el Barcelona de Ernesto Valverde, un equipo que bajo el mando de Messi castiga cualquier error, pequeño o grande, que pueda cometer su rival. Probablemente Betis no mereció tanto castigo, pero lo cierto es que el equipo azulgrana sumó otra goleada que le deja en la Liga española sin rivales con casi la mitad por jugar.