Boca obtuvo el punto que necesitaba para consagrarse bicampeón del fútbol argentino y festejó en La Plata ante Gimnasia. Fue 2-2 por los tantos de Pablo Pérez y Ramón Ábila, mientras que Nicolás Colazo y Brahian Alemán, quien le puso suspenso al final del juego, anotaron para el local.
Saltan los jugadores de Boca en el centro del Bosque platense. Se abrazan, cantan y ríen. No es para menos: acaban de consagrarse campeones. Bastante más: son bicampeones de torneos largos, algo que no sucedía desde 1964-65. Atrás quedó el sufrido empate en 2 con Gimnasia. Quedará para los libros de historia. En la memoria, en cambio, perdurará la manera en que Boca culminó el torneo: sin brillar. Casi sufriendo. Acaso la igualdad ante el Lobo sirva de síntesis. Porque el conjunto de los Mellizos terminó encerrado en su arco, haciendo tiempo, con la mayoría de los jugadores con las medias bajas.
Pero lo muy bueno realizado en el primer semestre del torneo generó un colchón importante, que permitió licencias. Al cabo, Boca es el campeón porque fue el mejor en la temporada.




























