“Se va a definir en la cancha”. Con esa frase Conmebol dejó en claro que no quiere un campeón en el escritorio. Fue después que Boca pidiera, mediante un escrito, la aplicación del artículo 18 del reglamento  que postula la quita de puntos como uno de los castigos disciplinarios posibles ante un incidente que afecte a la delegación visitante.

El partido final ya estaba postergado sin fecha: el presidente de la Conmebol, Alejandro Dominguez, ya había convocado a los presidentes de ambos clubes a una cumbre en la sede del fútbol sudamericano, en Luque, en las afueras de Asunción.

El reclamo de Boca plantea un parangón con lo sucedido en la Bombonera en el 2015, realizando una cronología de los hechos. Sin embargo, hay un hecho geográfico que diferenciaría a ambos sucesos: según fuentes de la propia Conmebol, el impacto al micro de Boca ocurrió fuera de los límites del anillo de seguridad, delimitado el día anterior en la reunión técnica previa a la finalísima de la Libertadores.

Ese dato, que figura en el “pacto de caballeros” firmado por Daniel Angelici (presidente de Boca), Rodolfo D´Onofrio (presidente de River) y Alejandro Dominguez presidente de la Conmebol, es el que enterraría la posibilidad de que River fuera sancionado con la pérdida del partido. Y de la copa.

Expertos en derecho deportivo señalan que seguramente River será sancionado duramente y probablemente la sanción tenga que ver con que el partido no se dispute en el Monumental porque quedó demostrado que la Policía de la Ciudad no puede garantizar la seguridad de semejante evento. Pero del mismo modo no creen que River Plate sea descalificado y el partido final probablemente se juegue el próximo 8 de diciembre.

Fuente: lanacion.com.ar