En ABIERTO A LA TARDE, Teresita Lotero y Diego Romero dialogaron con Guillermo Almirón, que vive en la Capital pero es oriundo de Apipé.  Con 27 años es el primer alumno de la Facultad de Veterinaria de la UNNE,  en recibirse en la virtualidad.

“Me recibí el martes a las 17 horas, es una plataforma virtual que se llama Google Meet donde estaban mis tres jurados y dos profesores más que están presentes para hacerlo oficial y mi tutor interno son 6 personas. Yo rendí una tesis final de graduación, ese trabajo necesita un tutor interno (de la facultad) y externo, (que es ajeno a la facultad). Mi trabajo tenía como objetivo producir una nueva vacuna para el ganado bovino que en el mercado no existe para la baesiosis bovina, es un parasito que está dentro de la sangre del animal que es transmitido por la garrapata y eso produce perdidas económicas para el productor”, comentó.

“Yo soy de la Isla Apipe Grande, ahora estoy a full esperando para ir a mi casa con mi familia. Estoy muy agradecido por tanto, mis profesores que quedaron 15 minutos enganchados más mis compañeros que me  vinieron a hacer el aguante. Yo estaba acá en mi casa que alquilo en Corrientes y a través de mi computadora hice todo. De la Facultad de Veterinaria soy el primer alumno en recibirme de manera virtual, yo estaba nervioso y los profesores también”, recordó.

“Los integrantes del jurado, la Dra. Núñez, Dr. Marcos Gidoni  y la Dra. Gonzalez Rocio, cuando me dieron la  nota festejaron conmigo. Los profesores estaban en su domicilio. La verdad no pregunte como me tenía que vestir pero la tradición siempre era con guardapolvo y corbata y asi lo hice”, comentó.

“Todo el mundo en mi pueblo me felicito por redes sociales, incluso ayer un párroco de la iglesia me envió unas palabras, y también estoy muy orgullosos de devolver la gratitud que me dan. Siempre quise ser veterinario, siempre decía que quería ser veterinario. La primaria y secundaria hice en la Isla Apipe, y los últimos años termine en Misiones”, recordó.

“Tengo 7 hermanos  y ninguno se graduó, yo dije que sí y  mis padres me acompañaron en todo momento, nunca me soltaron y gracias a eso pude terminar mis estudios”, destacó.

“El apipeño se siente desprotegido y abandonado estamos en territorio argentino pero está rodeado en aguas paraguayas. Hay muchas necesidades”, dijo.