La escuela 139 Ambrosio Acosta, ubicada en el barrio Güemes de la ciudad, fue blanco de un robo por cuarta vez en lo que va del ciclo lectivo 2024. Dos individuos ingresaron al predio de la institución y sustrajeron varios ventanales de importantes dimensiones. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de la Comisaría Octava, los elementos robados fueron recuperados en un breve lapso.

La directora del establecimiento, Estela Maria Billordo, lamentó la situación y expresó su preocupación por la seguridad de la escuela, especialmente con el receso de verano a la vuelta de la esquina. “Es triste saber que quienes cometen estos actos delictivos son, en muchos casos, vecinos de la zona”, señaló Billordo. La directora destacó que, aunque en esta ocasión los daños no fueron mayores, el hecho de que los delincuentes fueran liberados poco tiempo después de haber sido arrestados genera una sensación de inseguridad entre la comunidad educativa.

“Es la cuarta vez que sufrimos vandalismo este año”, enfatizó la directora, añadiendo que la constante amenaza de nuevos robos afecta no solo a la estructura física de la institución, sino también al bienestar de los alumnos y al esfuerzo invertido en proporcionar una educación de calidad. “Todo cuesta, y lo que hay aquí es para brindar seguridad y una buena educación a nuestros niños”.

Los problemas de seguridad en las escuelas locales no son aislados. Billordo mencionó que otras instituciones, como la escuela Fe y Alegría, enfrentan situaciones similares con robos frecuentes. Esto pone en evidencia un patrón preocupante que afecta a varias comunidades educativas de la región.

A lo largo de la entrevista, se hizo evidente que la comunidad está dispuesta a colaborar con las fuerzas del orden para prevenir futuros actos delictivos. Billordo agradeció la pronta respuesta de la policía, aunque resaltó la necesidad urgente de cambiar la situación actual de impunidad que enfrentan los delincuentes.

Las autoridades educativas y policiales continúan trabajando en conjunto para establecer medidas de seguridad que garanticen la integridad de las instituciones educativas y la paz en la comunidad. Sin embargo, como expone Billordo, la preocupación persiste en el ambiente escolar ante la inminente llegada del receso de verano. La situación abre un importante debate sobre la necesidad de mejorar la seguridad en las escuelas y la responsabilidad colectiva de proteger los espacios donde los niños aprenden y crecen.