Curiosidad, paradoja: la cláusula gatillo para ajustar salarios era descalificada hace apenas un año por varios gremios –entre ellos, los docentes- y ahora, en cambio, es reclamada por jefes sindicales y rechazada por funcionarios nacionales, que reponen el ensayo –infructuoso, en ésta y en gestiones pasadas- de colocar un techo o referencia rígida a las paritarias.

 

 

¿Todo se encamina a un conflicto duro entre sindicatos y Gobierno? Las señales son contradictorias, porque también asoman mensajes contemporizadores y negociaciones para distender el clima. Hay discusiones superpuestas en este terreno, algunas coyunturales y otras más de fondo.

 

 

Ese cuadro mezcla las expectativas inflacionarias, efecto de las paritarias, interna cegetista, reforma laboral, relación del Gobierno con los jefes sindicales y el peronismo –dos universos complejos y heterogéneos- y hasta la suerte de las relaciones en el Congreso.