La reunión, que contaba con la presencia de los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de Hacienda, Nicolás Dujovne, estaba prevista para las 15:30 pero se demoraba por el caos que se había convertido la Sala “C” del edificio anexo del Congreso.

 

 

El problema empezó cuando el grupo de jubilados quiso entrar a la sala de la reunión, pero la seguridad se lo impidió con el argumento -válido- que no había lugar suficiente para todos.

 

 

Ahí empezaron los gritos y los insultos contra la seguridad. En el medio del tumulto algunos diputados ni siquiera pudieron ingresar a la reunión, mientras las autoridades de las comisiones deliberaban cómo continuar frente al reclamo de jubilados, apoyados por sindicalistas cercanos al kirchnerismo como el bancario Sergio Palazzo y los maestros Roberto Baradel y Sonia Alesso.