En una cena que se hizo en el CEC porteño, el ministro cerró su gestión al frente de grupo económico del encuentro de líderes.
Fue el punto final para el track de Finanzas, el grupo ministerial económico del G20 argentino. A lo largo de un arduo año de trabajo, los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales de los países que manejan el mundo debatieron sobre una complicada coyuntura global. Guerras comerciales, aranceles cruzados, medidas proteccionistas y la globalizacion y el libre comercio, banderas históricas de este encuentro, en duda, fueron algunos de los conceptos más fuertes.
Con todo, la labor “fue un éxito”, según la fuentes de cercanas al ministro Nicolás Dujovne, cabeza del canal del Finanzas de este año: hubo concordia y un comunicado de consenso en julio pasado, algo que no pasó en otros encuentros globales (desde la presidencial del G7 hasta algunas ministeriales de la OCDE).
“Fue la última reunión bajo la presidencia argentina. Hubo muy buen clima hoy y también durante todo el año, mucha cooperación. Nos felicitaron por el trabajo, por la agenda relevante y el diálogo constructivo. Los ministros se fueron muy satisfechos. Fue una muy buena preparación para la Cumbre”, aseguró Laura Jaitman, deputy de Hacienda, coordinadora del track y la “segunda” de Dujovne en el grupo.
La de ayer fue una reunión formal, pero relajada. “Se habló de oportunidades y desafíos de la economía global, muy de cara al futuro”, según Jaitman. La actividad, que se desarrolló de manera privada en el Centro de Exposiciones y Convenciones, comenzó con una bilateral entre Dujovne y Phillip Hammond, canciller de Hacienda del Reino Unido.
Luego hubo un cóctel en el primer piso. Allí se vio a muchos asistentes hablando con una Christine Lagarde de muy humor. “Muy simpática estuvo, muy a gusto se la veía”, dijo uno de los presentes. En ese lounge hubo vino tiempo, jugos, gaseosos y bandejas con “calentitos”. Sonó una campanita y todos pasaron al salón central, el “A” del CEC, en la planta baja.
Allí el menú, bien autóctono, tuvo como plato principal una ternera braseada con papas en láminas y queso cuartirolo, hongos y vegetales asados, y un postre de créme brûlée de dulce de leche, alfajor santafesino y garrapiñada. Todo “regado” con vinos Iscay malbec-cabernet franc (2012) y Trapiche Medalla chardonnay (2015).
En una punta de la gran mesa rectangular, Dujovne presidió la cena. En la otra se ubicaron los representantes de los organismos multilaterales, con Lagarde como figura central.
Algunos de “peso pesados” que dijeron presente fueron los ministros Steven Mnuchin, de EEUU; Bruno Le Maire, de Francia; Liu Kun, de China, Eduardo Guardia, de Brasil; y Tarō Asō, de Japón, entre otros.