El infectólogo Jorge Galíndez habló en Radio La Red Corrientes en el marco del Día Mundial de Lucha contra el SIDA, y aprovechó la oportunidad para emitir un fuerte mensaje sobre la baja adherencia al calendario de vacunación, tanto en niños como en adultos, un fenómeno que —advirtió— se profundizó en la pospandemia.

“Estamos ante una falta de vacunación global. Padres y madres vacunados, que fueron llevados por sus propios padres a cumplir con las dosis, hoy no hacen lo mismo con sus hijos. Eso es un pecado grave contra ellos, y algunos no tendrán vida suficiente para arrepentirse”, expresó con crudeza.

Galíndez insistió en que las vacunas son seguras, eficaces e indispensables: “Evitan enfermedades que pueden tener graves complicaciones, incluso la muerte”. Y remarcó que un adulto que elige no vacunar a sus hijos, pese a haber recibido él mismo todas sus dosis, “no merece mi respeto”.

Avances históricos contra el VIH

En el contexto del 1 de diciembre, el especialista recordó cómo a partir de la década de 1980 se institucionalizó el Día Mundial de Lucha contra el Sida, cuando aún era una enfermedad rodeada de incertidumbre y miedo.

“Han quedado atrás los años oscuros en los que el diagnóstico era prácticamente una sentencia de muerte. Muchos jóvenes no llegaron a tiempo y murieron cuando solo podíamos tratar enfermedades oportunistas, pero no la causa de fondo”, lamentó.

También evocó a los niños fallecidos por transmisión vertical —de madre a hijo—, algo que actualmente es “una rareza” gracias a los avances científicos.

“El progreso de la ciencia fue extraordinario. En 20 o 30 años se avanzó lo que antes llevaba siglos. Hoy contamos con tratamientos sencillos, poco tóxicos, bien tolerados y gratuitos, que permiten llevar una vida normal”, destacó.

La discriminación persiste

Galíndez señaló que, pese a los avances médicos, persisten estigmas sociales: “Aunque la discriminación feroz de los 80 y 90 ha disminuido, no desapareció. Una persona con VIH puede seguir enfrentando dificultades para conseguir trabajo o incluso una pareja”.

La prevención, clave: el sexo sin protección sigue siendo el mayor riesgo

Al detallar las vías de transmisión, indicó que la sexual es hoy la más relevante.
Explicó que la vía sanguínea “es una rareza” debido al control estricto en transfusiones, embarazos y a la baja presencia de consumo de drogas inyectables en la región.

Por eso subrayó la necesidad de reforzar la información:

  • “Hay que conocer las vías de contagio”.
  • “El sexo anal pasivo, tanto en hombres como en mujeres, presenta el mayor riesgo”.
  • “El sexo oral también implica riesgo”.
  • “El uso del preservativo sigue siendo una barrera eficaz, aunque algunos crean que es un consejo viejo”.

Galíndez lamentó que los medios ya no traten el tema con continuidad: “Cuando un tema pierde aire, se olvida. Y eso es peligroso”.