“No volvieron y no van a volver”, dijo Jesica Gopar, esposa del submarinista mendocino Fernando Santilli, a los medios que se agolparon en la puerta de la Base Naval de Mar del Plata.
La mujer había ido por primera vez a ese lugar a dejar un cartel en apoyo al hombre que es oriundo de Palmira, San Martín.
Los familiares de los submarinistas recibieron con dolor y furia la confirmación que hubo una explosión el miércoles registrada en la zona donde se reportó por última vez el submarino ARA San Juan.
“Cuando llegó nos hicieron un gesto con la cabeza, la movieron de un lado a otro, en señal negativa. ¿Qué significa eso? Que están todos muertos. El primer día que decido venir a la base, me entero que me quedé viuda”, añadió Jesica, quien se despidió de su marido en Twitter con un corto mensaje: “Adiós amor”.