Cayó 2-1 ante Atlético Bucaramanga en un Cilindro sin público y dejó una imagen preocupante.
Desordenado, sin respuestas y emocionalmente golpeado, el conjunto de Avellaneda dejó una imagen lejana a la de su debut en Brasil. El descuento llegó sobre el final, pero no alcanzó para maquillar una actuación decepcionante.

La sanción que obligó a jugar a puertas cerradas también pesó. Sin el aliento del público, Racing se mostró apático, con muchas imprecisiones y sin capacidad de reacción. Atlético Bucaramanga, que nunca había ganado como visitante en la Libertadores, hizo historia y dejó a la Academia con la necesidad urgente de corregir el rumbo si quiere ser protagonista.

Fue una noche amarga para los de Costas, que deberán reponerse rápido pensando en la visita a Colo-Colo por la tercera fecha.