La agenda de apertura de fronteras del Gobierno sumará en las próximas horas al aeropuerto internacional de Tucumán, al puente que une a la entrerriana Concordia con Salto (Uruguay) y al que conecta a la misionera Posadas con Encarnación (Paraguay).
Los aires aperturistas llegaron a la tierra de Juan Manzur: el aeropuerto internacional de Tucumán, Teniente Benjamín Matienzo, será autorizado en las próximas horas por el Gobierno como “corredor seguro” para poder recibir a extranjeros y residentes de países limítrofes (y, desde el 1 de noviembre, de todos los países con esquema completo).
En paralelo, desde despachos nacionales, anticiparon este lunes que a la agenda de reaperturas inminente de pasos fronterizos se sumarán, también en las próximas horas, dos puentes: el de la Represa Hidroeléctrica Salto Grande, que conecta a la entrerriana Concordia con Salto (Uruguay), y el San Roque González de Santa Cruz, que une a la misionera Posadas con Encarnación (Paraguay). Y al paso misionero de Bernardo de Irigoyen-Dionisio Cerqueria (Brasil). En los cuatro casos, se barajaba la probable oficialización de la medida a las 0 de este martes en el Boletín Oficial.
Previamente los gobernadores debieron elevar a Nación un pedido formal de reapertura y un protocolo sanitario para el ingreso de personas, que fueron posteriormente aprobados por el Ministerio de Salud de Carla Vizzotti y por la Jefatura de Gabinete de Manzur.
Las nuevas autorizaciones a las provincias se sumarán así al lote de “corredores seguros” ya en funcionamiento, que integran Ezeiza, Aeroparque y los aeropuertos internacionales de San Fernando, Gobernador Francisco Gabrielli (Mendoza), Ambrosio Taravella (Córdoba), Cataratas del Iguazú (Misiones) y Malvinas Argentinas (Ushuaia-Tierra del Fuego), además del paso Cristo Redentor (a Chile) y el puente Tancredo Neves (Iguazú/Foz), y los puertos de Buenos Aires (en sus dos terminales, Buquebús y Colonia Express) y de Ushuaia (desde mañana).
El último en ser aprobado -a principios de octubre- había sido el paso La Quiaca (Jujuy)-Villazón (Bolivia), en este caso exclusivamente para “tráfico vecinal fronterizo” y con alcance sólo a residentes de las localidades fronterizas comprendidas dentro de un radio no mayor a los 50 kilómetros. Un esquema que se aplicaría ahora en el puente Concordia-Salto.
Las novedades son esperadas con ansiedad en las gobernaciones que avanzaron en pedidos concretos, con el foco puesto en apuntalar la reactivación económica local y ampliar los márgenes de circulación para quienes habitan en sus provincias.
En esa línea, por caso, el mandatario de Corrientes, el radical Gustavo Valdés, elevó el pasado viernes al Gobierno nueva documentación requerida para avanzar en la aprobación de la reapertura de los pasos fronterizos correntinos.
Con énfasis, Valdés reclama el pronto aval para reactivar el Ituzaingó-Ayolas (Paraguay) y Santo Tomé-San Borja, Paso de los Libres-Uruguayana y Alvear-Itaqui (con Brasil).
Pero la expectativa y la presión exceden incluso las fronteras argentinas. Por caso, este lunes el canciller de Paraguay, Euclides Acevedo, aseguró que Argentina “ya no tiene fundamentos o pretextos para no abrir” las fronteras porque “las condiciones epidemiológicas están dadas”.
“Mañana (por este martes) me voy a encontrar con el gobernador de Misiones en Puerto Iguazú y le voy a recordar lo que me dijo en Posadas hace más de un mes: ‘Si Buenos Aires decide, yo abro’; y le voy a decir: ‘gobernador, Buenos Aires ya ha decidido, pues su canciller, el señor (Santiago) Cafiero, ha dicho que las fronteras serán abiertas’ y por lo tanto, él como el gobernador de Formosa tendrán que cumplir con lo prometido”, dijo Acevedo, según declaraciones consignadas por La Nación de Paraguay.
“Cuando salga la autorización oficial seremos los primeros en comunicarlo, no vamos a detenernos hasta lograr ese objetivo”, señaló por su parte el viceministro de Relaciones Económicas e Integración de Paraguay, Raúl Cano Ricciardi.