Dijo que el ex espía Jaime Stiusso y el operador judicial del PJ Javier Fernández, estaban detrás de los supuestos aprietes. Negó haber recibido dinero negro.

Durante más de una hora y media, el ex juez federal Norberto Oyarbide declaró este miércoles ante el juez Claudio Bonadio en la causa de los cuadernos de las coimas, y negó haber recibido dinero para vender resoluciones vinculadas al kirchnerismo. Minutos antes de retirarse de los tribunales dijo que había hablado sobre “las personas que me apretaban el cogote para que sacara la causa de los Kirchner”, en referencia al polémico sobreseimiento en tiempo récord que firmó Oyarbide para beneficiar al ex presidente en una causa por enriquecimiento ilícito. Según Oyarbide quienes estaban detrás de estos aprietes eran el ex espía Antonio Jaime Stiuso y el auditor General de la Nación y operador judicial del PJ, Javier Fernández. Así lo declaró ante el juez Claudio Bonadio.

El paso de Oyarbide por los Tribunales de Comodoro Py no pasó inadvertido. Recorrió el cuarto piso, uno más arriba de donde solía estar su despacho. En esta oportunidad lo hace desde la “otra vereda”, en rol de imputado y citado a indagatoria por su ex par, el juez Claudio Bonadio. El ex magistrado está acusado de ser partícipe necesario de la asociación ilícita que “comandó Néstor y Cristina Kirchner” y que se dedicó, durante una década, a establecer un circuito de pago y cobro de sobornos, que según el expediente, podrían superar los 200 millones de dólares.

Con su particular estilo, Oyarbide dijo -antes de ingresar a declarar-, “voy a ponerle el pecho a las balas”, por la acusación en su contra. De traje oscuro, elegante y un bastón con el que no evitó hacerle algún que otro chiste a la prensa, fue citado  en esta ocasión deberá explicar una serie de reuniones con Roberto Baratta, el recaudador de los pagos ilegales que se investigan en la causa conocida como los cuadernos de las coimas.

Al término de la declaración, y confrontativo con la prensa ante las consultas sobre su rol en la asociación ilícita que se investiga, Oyarbide dijo que no está de acuerdo con las declaraciones de Centeno, “no son ciertas las fechas sobre supuestas reuniones con él”, y que “no hay sustento en la imputación” por la cual Bonadio lo llamó indagatoria.

Con resguardo por estar la causa bajo secreto de sumario y conociendo mejor que ningún otro acusado las restricciones al respecto, Oyarbide indicó: “El tema que yo expliqué es las personas que me apretaban el cogote para que sacara la causa de los Kirchner”.Pocos minutos antes había señalado que ” jamás” había “recibido absolutamente nada” de dinero para sobreseer a Néstor y Cristina  Kirchner por enriquecimiento ilícito en 2009, y añadió: “Lo que sí expliqué con toda claridad el tema del sobreseimiento de los Kirchner y el humor que a partir de allí salió”.

En este contexto, añadió que no conoció aJulio De Vido,”sólo lo vi por televisión”- indicó, aunque admitió que sí conoce a Roberto Baratta y al ex secretario de éste, Nelson Lazarte, pero que nunca se reunió con ellos.

Al retirarse del edificio, Oyarbide ante la pregunta insistente sobre “quiénes lo apretaban” para que saque “la causa de los Kirchner” por enriquecimiento, el ex juez no quiso dar precisiones, pero ante la pregunta sobre si era Javier Fernández -el operador judicial durante el kirchnerismo que declaró el martes-, sólo deslizó: “Puede ser”.  De fuentes judiciales, confirmaron a Clarín, que en su indagatoria efectivamente el ex juez hizo referencia a Antonio Jaime Stiuso -ex espía de la SIDE-, y al operador judicial del PJ, Javier Fernández.

Además, el abogado de Oyarbide -Osvaldo Cantore-, señaló que esperará hasta la próxima semana que finalizará el secreto de sumario para acceder a la declaración completa.

El ex magistrado, que renunció para no enfrentar un juicio político, está mencionado en los cuadernos en los que el ex chofer de Roberto Baratta, Oscar Centeno, registró los movimientos de dinero que se dieron entre 2005 y 2015.

En las páginas de la acusación que su colega Claudio Bonadio preparó para citarlo como sospechoso surgen datos y precisiones que refieren a dichos encuentros. En el apartado de la imputación titulado “Quienes recibían los fondos ilegales”, el nombre y el apellido de Oyarbide aparecen bajo el rubro “Otros”, después de Néstor, Cristina y otros.

Oscar Centeno -el ex chofer de Roberto Baratta-, responsable de escribir los ocho cuadernos que desentrañaron el entramado de los sobornos, cita puntualmente al ex juez federal que ostentó ese cargo por más de 20 años.   Señala una fecha exacta (el 3 de septiembre de 2013) y un almuerzo en el restaurante Sagardi del barrio de San Telmo. Allí habrían estado compartiendo el momento el magistrado junto al ex ministro De Vido, y Baratta. Ambos se encuentran presos.

Otra cita en los cuadernos de las coimas: el 26 de septiembre de 2013 Oyarbide recibió a Baratta en el despacho que tenía en Comodoro Py. E 17 de octubre de ese mismo año, según el relato de Centeno interrumpió su almuerzo en Estilo Campo para darle una resolución al hoy detenido Nelson Lazarte, ex secretario de Baratta. Tuvo que pasar casi un año y el 22 de junio de 2015 el mismo Lazarte pasó por la casa del juez.

“Retira papeles luego de ir varias veces a llevar dinero”, afirma el texto de la acusación formulado por el fiscal Carlos Stornelli y que derivó en la citación indagatoria que recibió Oyarbide el último miércoles. Apenas figura un encuentro más en Estilo Campo el 14 de octubre de 2015 para que el juez le entregara otra resolución al ejecutivo Lazarte. Parece una anécdota pero no lo es. Cuarenta días después, Mauricio Macri se impuso a Daniel Scioli en el ballotage y se convirtió en presidente.

Para la Justicia, la principal sospecha que recae sobre Oyarbide es que recibió dinero a cambio de vender resoluciones favorables a funcionarios kirchnerista.

En esta causa se encuentran 16 personas detenidas, aún permanece prófugo el empresario Oscar Thomas que tiene captura internacional. Asimismo, la indagatoria del ex juez se enmarca ej la ronda de citaciones que concluyen el 13 de agosto con la declaración de Cristina Kirchner.

Fuente: clarin.com