En la homilía luego de la lectura del evangelio el arzobispo de Corrientes monseñor Andrés Stanovnik rememoró un poco de historia al decir que “en las épocas de luchas por la Independencia, el general Manuel Belgrano escribió una carta al general San Martín en donde le dijo; conserve usted la bandera que le dejé, que la enarbole cuando todo el ejército se forme, que no deje de implorar a nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra Generala y no olvide los escapularios de la tropa, deje usted que se rían, los efectos le resarcirán a usted de las risas de los mentecatos que ven las cosas por encima”. Luego de esta mención el arzobispo destacó dos cosas “la primera, el testimonio público de fe cristiana y católica de ambos próceres, hombres claves de la gesta independentista de nuestra Patria” y en la que recalcó la profunda devoción de ambos por la Virgen de las Mercedes, y que se empeñaban por transmitir a sus tropas.

Mientras que el segundo punto de la carta de Belgrano era la de los que “se reían con motivo de la conducta devocional del General, que consistió en nombrar a Nuestra Señora de la Merced, Generala y distribuir escapularios de la advocación a la que hoy rendimos nuestro homenaje”.

Trasladándolo al momento actual, monseñor Stanovnik dijo “que somos nosotros los que tenemos que cuidar y desarrollar el patrimonio cultural que hemos recibido, con los ojos bien abiertos y el oído atento para no dejarnos embaucar por una humillante campaña que tiene como objetivo, someter a nuestro pueblo a los dictados de los poderes foráneos”. Por consiguiente, “intentan destruir lo que hemos recibido y lo que somos hasta el presente y construir a partir de lo que ellos nos indiquen como bueno y saludable para todos y además impuesto”. Siguiendo esa línea nombró a lo que tendríamos que renunciar para satisfacerlos “como al derecho a la vida y como consecuencia a la libertad de elegir” y aclaró que “la fe contrariamente a lo que piensan algunos, otorga una mayor libertad a la persona, le abre más la mente y ensancha el corazón para crear vínculos abiertos y constructivos con todos”.

Prosiguiendo con su explicación se dirigió a los que ven por encima las cosas cuando dijo que “se anula a sí mismo para el diálogo con los otros, salvo que humildemente reconozca su error en la apreciación de las cosas”.

Luego nombró las cualidades de lo que significa Merced “gracia, don, beneficio, obsequio y también clemencia, compasión, piedad y bondad” y destacó que fue la Virgen la “destinataria de la Merced de Dios y por ello se nos brinda como el ejemplo más luminoso de mujer agradecida”. Además remarcó lo que todos los cristianos debemos tener “solo aquel que arriesga su vida, puede dar vida a otros y arriesga aquel que confía y se siente amado”, igualmente expresó que “no estamos en un escenario de una derrota sino de la victoria, vence la potencia del amor sobre el odio y la muerte, vence la justicia y el perdón sobre la venganza y el desprecio, vence la libertad de elegir siempre la vida, el bien del otro, aun cuando la propia debe ofrecerse como precio y jamás sacrificar la vida del otro para conservar la propia”.

Continuando con su homilía, Stanovnik se acordó y pidió por Papa Francisco cuando dijo que “estamos orgullosos de la tarea realmente extraordinaria, de humanismo cristiano que está llevando como mensaje a todos los pueblos” y que “nos da vergüenza como argentinos la respuesta que le estamos dando desde los medios concentrados, sectores algunos con poder minoritarios pero muy influyentes”.

Finalizando su discurso el pastor de la Iglesia Católica de Corrientes pidió a los feligreses que “no terminemos entregándonos como mercancía al colonialismo individualista, cuidemos el corazón y las mentes de nuestros niños y jóvenes, atendamos con amor y paciencia a nuestros enfermos y ancianos y de un modo especial seamos extremamente solidarios con las familias y personas vulnerables a causa de la difícil situación económica por la que estamos atravesando”.