"La final contra Francia de la Euro 2016 fue el día más triste que viví. Quería jugar, pero el cuerpo, mi rodilla no me lo permitía. No iba a ser la final que había soñado y pensaba que me había roto el ligamento y lloraba", destacó el delantero del Real Madrid, quien luego del primer cimbronazo pudo reponerse para alentar a sus compañeros.

 

 

"Pero en el vestuario me puse a ver el partido por televisión y en un momento me había olvidado de la lesión y daba saltos frente a la pantalla. En la prórroga no aguantaba más y me volví al banco de suplentes", finalizó.