El neurocirujano del Diez aseguró que el cuerpo médico hizo todo lo posible para ayudarlo, pero que era un paciente sin voluntad y no podían invadirlo porque siempre ejerció sus derechos de paciente.

En medio de las acusaciones de mala praxis y por supuesto abandono a Diego Armando Maradona, Leopoldo Luque volvió a aclarar cuál fue su rol en la internación domiciliaria del Diez en San Andrés. “Todos me miraban a mí porque sabían que era el único que le podía llevarle las ideas a él. Nadie se animaba a entrar a su pieza y yo era un facilitador. En las reuniones me ninguneaban, solo me querían para eso”, explicó en diálogo con Intrusos, por América TV.

Una de las decisiones más criticadas en el trato médico de Maradona en sus últimos días de vida fue la abandonar la Clínica de Olivos para continuar su recuperación en el domicilio del Barrio San Andrés. Incluso Alfredo Cahe, histórico médico de Diego, criticó esta decisión días atrás. Sin embargo, el neurocirujano aseguró que era lo único que podían hacer.

“Se propuso hacerlo en un centro de rehabilitación, pero era a puertas abiertas. Diego no duraba ni diez segundos ahí. Él no quería saber nada. Podíamos hacerlo contra su voluntad, pero no había criterio médico porque no era una persona insana. Estábamos todos atados de pies y manos a lo que él decidía”, aclaró Luque. Según agregó el médico, el propio Maradona condicionó las decisiones. “Estaba muy deprimido. El cuerpo de salud mental se encargó e hizo su trabajo, pero era un paciente sin voluntad. No iba a tener nunca un médico clínico porque no quería. Se intentó todo, Maradona no quería nada”, sentenció.