Desde 1980, cada 15 de octubre se conmemora este día instituido por organizaciones e instituciones que constituyeron la Unión Mundial de Ciegos, quienes destacaron la importancia de establecer una fecha que hiciera alusión a este elemento como símbolo de independencia, igualdad de oportunidades e inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.

El uso del bastón facilita el rastreo y detección oportuna de obstáculos que se encuentran a ras del suelo, y sirve para que las personas ciegas puedan desplazarse con mayor autonomía y seguridad en su vida cotidiana. Es un objeto distintivo, informador y protector.

En el marco de este día , Hugo Amarilla, referente de ACICO, Asociación de Ciegos y Disminuidos Visuales de Corrientes contó que a los 15 años se quedó ciego y que gracias al Instituto Valentin Hauy, pudo desenvolverse mejor y con mas técnicas que le facilitan la vida. “No debe haber un ciego que no haya chocado un árbol, una reja , un aire o que no se haya enganchado algo, porque el bastón blanco te protege de la cintura para abajo. El centro esta mejor urbanizado, la sociedad misma cambió mucho con nosotros. Vemos como se acercan y nos hablan sin temor”.

Consultado en el caso de si una persona ciega quiere cruzar la calle, de que manera se le puede ayuda, si hay que tomarla u ofrecerle el brazo, Amarilla afirmó ” mejor es ofrecerle porque siempre se prende del codo, y la persona ciega se va un paso atrás, el siente un desnivel pero es bueno que le avise escalón para abajo o para arriba. En muchos casos te dicen pasa, o te pueden hacer una broma, te prueban de todos lados. Sucede y sucedió muchas veces. Para nosotros en natural estar ciego conocemos los caminos entonces muchas personas dudan, pero ya nos conocemos las calles”, afirmó.

“El instituto Hauy te forma, te enseña braille, a manejar el bastón, las actividades de la casa, después es como que te vuelven independientes. Cuando te quedas ciego no sabes que hacer, pero te enseñan técnicas para vivir. Desde la asociación no tenemos contados cuantos ciegos somos en Corrientes, en la asociación somos 40 personas con discapacidad visual. Nuestros socios que puede ser cualquier persona, suman 140 socios activos”, precisó.

Consultado acerca de su pasión por el fútbol y la prohibición durante la pandemia de esta actividad, comentó “entrenamos hasta marzo, hasta que llegó la pandemia a Corrientes, se suspendió todo de golpe. En ese lugar tuvimos inconvenientes. Desde 2002 a 2014 luchamos para tener una cancha especial para nosotros, la construimos en el Hogar Escuela. Nosotros estábamos al lado del tanque pero sacaron los arcos y pusieron un mástil. Funcionarios provinciales me dijeron que iban a averiguar que pasó”.