La defensa de quien fuera condenado por el crimen sostiene que fue incriminado y que la condena no tiene un basamento firme. Sorpresa en el ámbito judicial por que no se trata del tipo de casos que son aceptados para ser tratados por el Máximo Tribunal del País

feature-top

El 1 de agosto de 2015 fue asesinado a puñaladas Maximiliano Aquino, un estudiante de agronomía oriundo de San Roque, cuando salía de una peña universitaria. El asesinato se produjo cuando, al ser abordados él y una amiga por ladrones, el joven quiso defender a la chica.

El crimen, que ocurrió en las calles del barrio Libertad, conmocionó a la sociedad, que se lanzó a las calles a pedir Justicia. La presión se hizo sentir, en el marco de una campaña electoral, y en menos de 24 horas ya habían identificado al presunto autor del crimen y lo habían detenido.

El crimen ocurrió un viernes a la madrugada, y el sábado antes del mediodía ya habían encontrado y detenido a Juan José Andrés “Josele” Altamirano, un joven que vivía en la zona y era conocido por la policía por cometer arrebatos. A los pocos días se viralizó un video, grabado por policías, en el que se veía a Altamirano en estado deplorable y en el cual, a pedido de quienes lo filamaban, confesaba haber matado a Aquino. 

El caso llegó a juicio, y en las primeras audiencias, desde la defensa de Josele denunciaron que durante el interrogatorio policial el muchacho había sido torturado y vejado para confesar el crimen. 

Al finalizar el juicio, en octubre de 2016, “Josele” Altamirano fue condenado a 22 años de prisión, pese a que las pruebas presentadas no fueron del todo concluyentes. Aun así, la condena fue ratificada por el Superior Tribunal de Justicia, que rechazó medidas interpuestas tanto por la defensa del condenado, como por la querella de la causa.

El condenado insistió todo el tiempo en su inocencia, a tal punto que, luego de pasar un tiempo en la carcel, denunció haber tomado conocimeinto de quién sería el verdadero asesino de Aquino. El señalado era otro preso que, aparentemente, alardeaba de la cuestión ante otros internos. Con este sujeto, Josele llegó a confrontar físicamente dentro del penal.

Pese a que su recurso de apelación fue rechazado por el STJ en dos oportunidades, primero en relación a la condena y después negándole el pase a la Corte Suprema de Justicia, la defensa de Altamirano no se amedrentó. Como último recurso, el abogado de Josele, Hermindo González, quien ha manifestado plena confianza en la inocencia de su defendido, recurrió nuevamente a la Corte Suprema de la Nación, esta vez con un recurso de queja.

Generalmente, el Máximo Tribunal de la Nación no suele aceptar este tipo de recursos en queja, por un caso penal en el que existe una condena. Sin embargo, este caso constituye una excepción. Tras leer el fallo y algunas pruebas, desde la Corte solicitaron se envíe la totalidad del expediente y de la documentación producidas durante el caso.

Ahora, los jueces analizan el caso y podría haber novedades que marcarían un antes y un después para el tratamiento de un polémico caso penal de parte de la Justicia de Corrientes.

LT7