El ex vicepresidente no podrá salir del país y deberá usar una tobillera electrónica con GPS que le impida moverse más allá de los 100 kilómetros a la redonda de su casa.

“Hoy lo saco”, se le escuchó decir esta mañana a Alejandro Rúa, defensor de Amado Boudou, cuando caminaba desde temprano por los pasillos de Comodoro Py. Se tenía fe. Su compañera, Graciana Peñafort, venía de celebrar su cumpleaños 42 y comentaba que una excarcelación sería el regalo que cumpliría uno de sus deseos. Minutos antes de las 15, el fallo del Tribunal Oral Federal 4 les anunció que había conseguido la libertad del ex vicepresidente, el mismo al que habían visto salir esposado rumbo a la cárcel de Ezeiza del subsuelo de Comodoro Py 2002 el 7 de agosto pasado, cuando el Tribunal Oral Federal (TOF) 4 lo encontró culpable de negociaciones incompatibles con la función pública y cohecho y lo condenó a 5 años y 10 meses de prisión.

¿Qué cambió en el medio? La integración de ese tribunal y la decisión del juez Ariel Lijo para resolver los nuevos procesamientos del caso Ciccone 2.Precisamente, la existencia de esa causa fue uno de los motivos que utilizó el tribunal oral para sostener que  Boudou podía entorpecer la investigación y debía ir preso. El juez Lijo entendió que la pesquisa por el caso Ciccone 2 estaba finalizada y por eso no hacían falta prisiones preventivas.

El juez Pablo Bertuzzi, que en su momento definió desde el TOF 4 junto a Néstor Costabel la detención del ex vicepresidente y su amigo José María Núñez Carmona, hoy integra la Sala I de la Cámara Federal, donde se revisan las causas de corrupción. Hoy tiene en sus manos la causa de los cuadernos de la corrupción.

En el TOF 4, en tanto, permanecen Costabel y López Iñíguez, pero se les sumó la jueza del TOF 5 Adriana Palliotti. Ellos tres fueron los encargados de analizar el planteo de la defensa encabezada por Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, que ayer adelantó Infobae, sobre la base del fallo Ciccone 2. Y hoy, sobre las 15, las juezas López Iñíguez y Palliotti coincidieron en que debía concedérsele la excarcelación, bajo fianza de un millón de pesos, la prohibición de salida del país y una tobillera electrónica con GPS que le impida moverse más allá de los 100 kilómetros a la redonda de su casa.

Un factor clave fue el que el fiscal Marcelo Colombo -que pidió la condena de Boudou pero no su inminente detención al momento del fallo- no tuvo reparos en concederle la excarcelación. Y, obviamente, que el fallo de la condena aún no está firme, porque la Cámara Federal de Casación Penal tiene un planteo para revisarlo y, eventualmente, definir si Boudou tiene que volver tras las rejas.