Es la principal hipótesis de un informe de la Oficina de Inteligencia Naval de los Estados Unidos, que analizó la señal acústica detectada el 15 de noviembre por la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares.

 

 

El informe fue elaborado por el analista acústico Bruce Rule y concluye que el submarino se hundió verticalmente, a una velocidad de 10 a 13 nudos (18 a 24 kilómetros por hora).

 

 

"Aunque la tripulación pudo haber sabido que el colapso era inminente, nunca supieron qué estaba ocurriendo. No se ahogaron ni experimentaron dolor. La muerte fue instantánea", indica el autor del informe.

 

NO NUCLEAR 

 

 

Rule es analista acústico principal de la Oficina de Inteligencia Naval de EE.UU.

 

 

Al analizar los datos del "evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con un explosión" -como lo definió en su momento el vocero de la Armada, capitán Enrique Balbi-, el informe precisa que la señal acústica detectada el 15 de noviembre por la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares, fue producida por el colapso del casco de presión del ARA San Juan, a una profundidad de 380 metros.

 

 

El investigador llega a la conclusión que el casco fue "completamente destruido en aproximadamente 40 milisegundos", fracción de tiempo que representa "la mitad del tiempo mínimo requerido para el reconocimiento cognitivo de un evento".