IMAGEN ILUSTRATIVA.

 

La prohibición de la cobertura de asistencia en el servicio de seguros al automotor generó contradicciones en prestadores y usuarios.
La autoridad de aplicación (Superintendencia de Seguros) decidió que el servicio de grúas y guinches dejarán de formar parte de la contratación de los seguros, en todas las modalidades.
Hasta hace poco más de un mes, la mayoría de los poseedores de un contrato de seguro automotor podía acudir al servicio de grúas ante desperfectos mecánicos, con matices de acuerdo al seguro contratado.
Esta situación fue prohibida semanas atrás, incluso sin la posibilidad de ser opción en alguno de los servicios de mayor costo.
El operador local de seguros, Juan Pedro Pozo, dijo que la medida, desde lo técnico, “no resulta rara”, ya que se daba “una eterna queja por demoras en cumplir con el servicio”.
Pero no solamente se debe a este punto. Pozo, en diálogo con Martin Varela en De Regreso, amplió: “los seguros pierden mucho dinero con el servicio de grúas. En la ciudad, en promedio, el valor del traslado esta $25.000, así que hay que imaginar cuanto puede costar una grúa a 100 km”.
Pero más allá de estos aspectos de costos y técnicos, la cuestión parte por la decisión de prohibir el servicio, sin dejar la posibilidad de que sea el cliente quien pueda optar (costo mediante) con el servicio.
La decisión nacional generó sorpresa en el sector como así también en los clientes, precisamente por la caducidad y prohibición de un servicio que resultaba necesario.
Ahora la contratación está a cargo del automovilista, con el inconveniente que significa acceder a una grúa, muchas veces desde lugares distantes a los centros poblados.
La grúa a través de una agencia de seguros significaba la seguridad de reclamos en caso de no cumplir con ese servicio.