“Antes de decirme que Santi tenía autismo me dijeron que tenía hipotonía muscular (disminución de tono muscular). Lo primero que pensé es que había que entrenar. Entonces pasamos de un triciclo, a un karting a una bicicleta. Y ahí le dije, ‘A los 15 años nos vamos a cruzar la cordillera de los Andes'”. En comunicacion con ABIERTO A LA TARDE, de radio LA RED CORRIENTES 107.1, dio detalles de su historia de vida.

Y Juan Zemborain le cumplió la promesa a su hijo Santiago. Dos días antes de que cumpliera los 16, padre e hijo llegaron desde San Martín de los Andes al océano Pacífico, gracias a un tándem, esas bicicletas adaptadas para dos personas.

Los protagonistas de la hazaña pasaron por Quién quiere ser millonario para jugar, pero también para concientizar sobre una condición como la de Santi. “De autismo se habla mucho más de lo que se sabe, pero por suerte se habla. Detectar el autismo lo más tempranamente posible le cambia la vida a la persona y a la familia. Cada terapia y cómo encararlo es como un traje a medida para cada chico”.

Desde la confirmación del diagnóstico hasta hoy, Juan y su hijo se transformaron en un equipo para cada uno de los desafíos que se interpusieron: “Nuestra idea es pasarla bien, yo no concibo la vida sin divertirme y sé que el resto de lo que me quede lo vamos a pasar juntos. Él va a todos lados conmigo, y lo curioso es que yo nunca ví muchos chicos como Santi en la calle. Ellos van de la casa al colegio, a la terapia y de vuelta a casa, los padres están deprimidos, les cuesta aceptarlos. La única manera de que haya inclusión es empezando por casa”.

Juan se llevó 300 mil pesos, que se dividirán en dos sueños. El primero será terminar el documental de la travesía de los Andes, el segundo recorrer juntos el Camino de Santiago: “De Santiago para Santiago. Cada pequeño logro que hacemos es un triunfo, pero sabemos que si no lo logramos no pasa nada. Tenemos tantos proyectos como lo que nos queda de vida”.