En una entrevista con el periodista Jorge Lanata, el presidente se refirió a la velocidad de la recomposición del sistema de tarifas, al acuerdo con el FMI, al precio del dólar y al recambio de ministros que tuvo lugar durante el fin de semana.
En medio de la fuerte corrida cambiaria, y tras haber concretado varios cambios en el gabinete nacional, el presidente Mauricio Macri deslizó algunas autocríticas y anticipó el rumbo económico que adoptará Cambiemos en adelante: “Ahora vamos por menos gradualismo”.
“El gradualismo es el camino para cuidar a los más vulnerables, no veo otro camino”, sostuvo y enseguida aclaró: “Ahora vamos por menos gradualismo, porque justamente deterioramos la confianza del mundo para acompañarnos en este proceso, que ellos empezaron a pensar que con algunos comportamientos podía ser parecido a ‘te amago que voy a recomponerme, que voy a sacarme esta mochila de sobregasto, y después no hago nada’. Pero es el camino que tenemos que seguir defendiendo”.
El Jefe de Estado formuló estas definiciones en una entrevista que concedió a Jorge Lanata un día después de haber oficializado importantes modificaciones en su equipo: en la noche del sábado se comunicó el desplazamiento de Juan José Arangure de energía y de Francisco Cabrera de producción.
“Hago cambios cuando siento que son para mejorar. Hay un momento en que la gente cumple un ciclo, más allá de que haya hecho un trabajo maravilloso. Estoy infinitamente agradecido, pero hay un desgaste, este es un trabajo muy duro, sobre todo con el punto de partida“, explicó Macri.
Y agregó: “A Aranguren le tocó la peor, recomponer el sistema tarifario, un sistema que cada vez producía menos petróleo y menos gas, y nos deja a los argentinos produciendo más petróleo y más gas, y habiendo recuperado la mayor parte del sistema tarifario”.
En esta línea,remarcó que aún falta “un tercio” de la recomposición del esquema y abundó: “Estamos buscando siempre este equilibrio entre lo que sé que le duele a la gente y la necesidad de que cada uno asuma su tema. La energía cuesta. Cuesta y no la tenemos, la tenemos que importar todavía. Y sin energía no podemos crecer”.
El Presidente volvió a atribuir los vaivenes financieros a factores externos, pero también reconoció faltas locales. “El mundo está volátil. Se apreció el dólar, aumentaron las tasas de interés, aumentó el petróleo y nosotros seguimos siendo importadores netos de energía. En lo interno, asumiendo nuestras culpas, el BCRA fue perdiendo autoridad y la confianza de los mercados“.
A la vez, cuestionó la “irresponsabilidad” del peronismo por intentar “destruir” el Presupuesto al aprobar la ley que limitaba la suba de tarifas de los servicios públicos. “Los que tienen que financiarnos nos decían: ‘Ustedes nos dijeron que este año iban a necesitar $10, nosotros empezamos a financiarlos y ahora con esta ley que sacó el peronismo quieren $20. No solo no les vamos a dar los $20 sino tampoco los $10, porque ustedes no están cumpliendo'”, sintetizó para explicar los problemas de financiamiento.
También admitió el “fracaso” de la meta de inflación planteada el 16 de enero de 2016,un error que le trasladó al entonces funcionario Alfonso Prat-Gay: “Claramente fue un exceso. Fue una convicción que tuvo el ministro de Hacienda en ese momento. Necesitábamos un camino descendente de inflación y nadie tenía conciencia de lo que significaba recomponer un sistema tarifario de servicios públicos. Fracasó porque los aumentos de tarifas impactaron mucho más”.
A su vez, defendió el acuerdo que cerró el Gobierno con el FMI por un crédito de 50.000 millones de dólares: “Ellos nos aprobaron nuestro plan y nos quieren acompañar, porque ellos representan al mundo. El mundo nos quiere acompañar, eso es lo mágico de este momento”. Y añadió: “Ese refuerzo del Fondo lo que nos permite es ir a los mercados que son más volátiles y decirle que el Fondo nos acompaña“.