Dentro del Gobierno se busca sacar la trascendencia mediática que está teniendo el enfrentamiento interno. El ministro de Economía tiene poco margen de maniobra.

El enfrentamiento del ministro de Economía, Martín Guzmán, con el ala dura del oficialismo está lejos de despejarse y al mediodía de hoy no estaba asegurada por completo la continuidad del titular de la cartera económica, más allá que Federico Basualdo, subsecretario de Energía, continúe resistiendo en su cargo y quizás cambie de función en los próximos días.

“Para decirlo en términos periodísticos, hay un tensa calma”, resumió una fuente de la Casa de Gobierno, al admitir que el objetivo inmediato “es tratar de sacar este tema de la tapa de los medios”.

Desde el viernes se arrastra la situación del pedido de renuncia de Guzmán a Basualdo, las idas y vueltas dentro del Ejecutivo sobre la continuidad de uno u otro y la disputa escaló hasta el nivel del presidente Alberto Fernándezy la vicepresidencia Cristina Fernández de Kirchner.

Fuentes de Gobierno aseguran que hubo conversaciones entre el presidente y la vice en las últimas horas para encontrar una solución a una disputa interna que en realidad va más allá de las diferencias en cuanto a la política energética y el ajuste de las tarifas.

“Lo que está en discusión es el rumbo, la orientación y el manejo de la política económica”, recalcó la misma fuente.

Lo que se habría decidido es “poner paños fríos, para congelar la disputa”, cuestión que baje la exposición mediática y en el transcurso de unos días Basualdo seguiría en el Gobierno, pero en otra función.

Sin embargo, dentro del gabinete económico aseguran que Guzmán “se siente cada día más incómodo” y que “la opción de su alejamiento sigue estando latente”.

“El ala dura del oficialismo le bajó el pulgar a Guzmán. No les gusta el estilo de su gestión, su grado de compromiso, el hecho que en muchos casos se ha cortado sólo, y algunos aspectos de la orientación que le está dando a la política económica”, recalcó otro de los funcionarios de Gobierno consultados por Perfil.

Precisamente, el objetivo de mejorar el balance de las cuentas públicas y atenuar la emisión monetaria son seriamente cuestionados por el ala dura más dura del oficialismo, porque entienden que “Guzmán no puede venir con planteos de reducción del déficit cuando en todo el mundo el balance fiscal pasó a un segundo plano para atender la situación de angustia de la gente”.

PRESION DE KICILLOF

Desde el entorno del ministro apuntan sus dardos a la injerencia del gobernador bonaerense Axel Kicillofen la política económica, algo que resultó muy evidente en las últimas horas.Precisamente,  Kicillof afirmó que  Federico Basualdo es “excelente funcionario”..

En el entorno del ministro de Economía afirmaron que esas declaraciones de Kicillof cayeron pésimo en el ánimo de esa cartera y sería otro motivo que impulsaría a Guzmán “a dar un paso al costado”.

Es más, comenzaron a surgir en estas últimas horas algunos nombres de reemplazo de Guzmán, algo que siempre ocurre en este tipo de circunstancias.

EVENTUALES CANDIDATOS

Así se mencionó a Paula Español, actual secretaria de Comercio Interior, como la principal candidata a ocupar ese cargo si Guzmán finalmente pega el portazo.  

En realidad, Español es una economista de sólida formación, que cuenta con un rotundo respaldo del gobernador bonaerense, porque además en la época en que Kicillof fue ministro de Economía, la economista se desempeñó como subsecretaria de Comercio Exterior.

Otro de los nombres que fueron surgiendo en las últimas horas dentro de esa dura interna es el de Cecilia Todesca, actual número dos de la Jefatura de Gabinete, pero no contaría con el respaldo político que posee Español.

Algunos dentro del Gobierno no descartan la idea que el actual titular del Banco Central, Miguel Pesce, pase a ocupar el cargo de ministro de Economía.

Más allá de estas versiones, lo cierto es que por ahora el ministro Guzmán cuenta con el respaldo del presidente Alberto Fernández, pero no puede frenar la ofensiva sobre el ministro que se le inició el ala dura.

En esa misma ofensiva critican varios aspectos de la gestión de Guzmán, como la inflación del 4,8 por ciento de marzo y del 13 por ciento del primer semestre, la continuidad de la caída del poder adquisitivo y las dificultades que tuvo en sus reuniones del exterior para conseguir que le den un plazo muy extenso a la Argentina –unos 20 años- para pagar sus deudas con el FMI y el Club de París.

Precisamente, en el entorno de Guzmán aseguran que “lo que buscan es desgastarlo y por eso no le dieron el ok para cerrar un acuerdo con el FMI”.

De todas formas, en el mercado siguen observando con gran preocupación la evolución de este “sainete criollo”, ya que consideran que un alejamiento de Guzmán sería una “pésima señal” para los inversores.

“Al ministro lo vienen desautorizando desde el año pasado. Con el tema Vicentín, luego con el súpercepo, ahora con Energía o con el manejo de la política antiinflacionaria. Sinceramente, las señales que se ven son perjudiciales para el mercado”, remarcó el analista y consultor Christian Buteler.