La charla fue breve. Sebastián Beccacece no anduvo con vueltas. El técnico de Independiente les comunicó a Hugo y Pablo Moyano que no continuará en Independiente. Lejos de intentar convencerlo, los directivos del Rojo aceptaron la decisión.

Las palabras del entrenador fueron un alivio para el presidente del club. Los dirigentes, que no habían viajado a Rosario, consideraban que el ciclo estaba agotado. Lo cierto es que no querían echarlo para evitar tener que pagarle lo que le correspondía en función del vínculo firmado, que caducaba el 30 de junio del año que viene. Moyano no tuvo que activar la guillotina: el DT fue muy autocrítico y se marchó porque sintió que ya no tenía fuerzas para revertir la situación.

El semestre aún no terminó para Independiente, pero el equipo ya no tiene objetivos por cumplir. Afuera de la Sudamericana, el Rojo marcha 14° en la Superliga a ocho puntos de los líderes, Boca y Argentinos. Tras la eliminación de la Copa Argentina a manos de Lanús se quedó sin posibilidades de clasificarse a la próxima edición de la Libertadores.