El conjunto carioca tuvo un recibimiento multitudinario y el equipo con más hinchas de todo el mundo comenzó los festejos en casa después de consagrarse en Lima.

Flamengo tuvo un recibimiento multitudinario y el equipo más popular de Brasil y con más hinchas de todo el mundo, comenzó los festejos en casa después de consagrarse en la Copa Libertadores tras derrotar por 2-1 a River.

La plazoleta de la Iglesia de La Candelaria y el Mercado Popular de Uruguaiana ya estaban repletas de hinchas, incluso desde la noche del sábado, y la Central do Brasil, la emblemática estación de trenes y autobuses del centro de Río de Janeiro, no paraba de recibir hinchas flamenguistas de todos los rincones de la ciudad.

El Fla aterrizó en un vuelo chárter a las 13.50 en el aeropuerto internacional Galeao y subió directamente en su autobús. Escoltado por treinta motocicletas de la guardia protocolaria y quince patrullas de la Policía, el autobús con el cuerpo técnico y los jugadores se desplazó desde el aeropuerto hasta el centro de Río de Janeiro arrancando gritos y vivas de sus seguidores en todo el trayecto.

En su recorrido por las terminales de carga del aeropuerto, la zona portuaria, la Cidade do Samba y por avenidas que dan acceso a algunas favelas, surgían de todo lado banderas con los símbolos del Flamengo y pancartas con el rótulo de campeón.

En la Plazoleta de La Candelaria un ‘Trío Eléctrico, como son conocidos los camiones gigantes de sonido bastante usados en la época de Carnaval, esperaba al Flamengo rodeado de miles de hinchas que recibieron con éxtasis y euforia, y muchos juegos pirotécnicos, a la delegación del equipo carioca.

Los fuegos de artificio, la algarabía y la percusión de los sambistas anticiparon las fiestas de Año Nuevo y del Carnaval, que simbolizan el espíritu fiestero de la segunda mayor ciudad del país.

Un río humano tiñó literalmente de rojo y negro la Avenida Getulio Vargas en la mayor celebración de la Nación Flamenguista desde el título de liga que se alzó hace exactamente una década atrás, cuando fue campeón del Brasileirao en 2009.