El defensor correntino ansía continuar en Atlético Tucumán con quien termina su préstamo el 30 de junio pero la situación del fútbol argentino por el coronavirus solo trae incertidumbre. Además, en su charla vía Instagram con La Red Corrientes, hizo un repaso por su carrera, la importancia de técnicos como Paolo Montero o Carlos Trullet y lo que todavía duele el no haber logrado el ascenso con su club para jugar en primera en su ciudad.

Marcelo Ortiz está cumpliendo la cuarentena en Corrientes ya que tuvo la suerte de venir a sus pagos antes del cierre de las fronteras, decretado el 20 de marzo a raíz de la Pandemia del Coronavirus que azota al mundo.

Esta tarde dialogó vía Instagram con La Red Corrientes, y allí reflejó la fortuna que tuvo para poder estar en la ciudad y con sus afectos, aquellos con los que “uno sufre cuando está lejos de la Provincia”.

“Vivo en la casa de mis padres, en la parte de atrás me hice un lugarcito, así que cada vez que vengo me quedó ahí”, confesó el marcador central de 26 años que juega en Atlético Tucumán, aunque su préstamo se termina el 30 de junio y debe volver a Boca Unidos si no extiende el mismo.

La cuarentena

Ya entrando de lleno en la charla, Ortiz comentó que junto al plantel del ‘Decano’ mantienen una rutina para poder seguir en buena forma ya que siguen prohibidas las prácticas deportivas. Por eso, “en nuestro caso, los lunes, miércoles y viernes laburamos con los ‘profes’ a través de Zoom; martes y jueves lo hacemos solos, trabajamos en lo que uno necesita. También tenemos dialogo de las novedades que pueda haber, venimos laburando así”.

La relación con el cuerpo técnico es otra aunque Zielinski y compañía “se suelen sumar al entrenamiento para charlar un rato. Estamos con una incertidumbre grande con lo que pueda llegar a pasar, no hay nada concreto”.

Las decisiones tomadas por la AFA no fueron del todo aceptadas por los jugadores del fútbol argentino. La finalización del torneo, la clasificación a las copas, la quita de los descensos, fue el siguiente tópico de la charla con el defensor correntino.

“Es complicado porque se encuentra la salud de todos en el medio. Fue lo más coherente terminar porque es muy difícil de jugar así. Lo que causó revuelo y bronca fue el tema de los descensos porque le quita competitividad al torneo. Muchos clubes se van a relajar y no van a contratar a los jugadores… se juega sin sentido. Pero volviendo a la definición del torneo, fue un sabor raro porque teníamos la esperanza de remontar y entrar a alguna copa pero lo decidieron así y se nos fue esa posibilidad”, manifestó.

Sobre la quita de los descensos, Ortiz arremetió ya que es “un tema delicado porque la pandemia es un tema atípico, y la postura en cuanto a los descensos se habló en el grupo, entre capitanes de los equipos en el gremio, y la postura es negativa. Si bien uno trata de ponerse en la piel del club, del dirigente que necesita acomodarse, algunos tratan de sacar provecho de esto. Uno defiende lo suyo, piensa en el día de mañana y se puede complicar para muchos jugadores. Algunos pueden tener contrato pero otros no, y se puede poner difícil”.

La situación en el ‘Decano’ es buena a pesar de estos tiempos de crisis y así lo aseguró Ortiz “nosotros estamos al día en Tucumán. Hasta marzo cobramos completos y después de los meses siguientes se habla de algún porcentaje de descuento porque el club no está facturando, pero se va arreglando semana a semana porque es un tema delicado. No sabemos cómo va a terminar pero por el momento se llegó a un arreglo para el mes de abril y se irá conversando por los otros meses”, destacó.

Además, el futbolista promedio sufre de ciertas medidas dirigenciales ya que “los que vienen haciendo la cosas mal toman de excusa esto que está pasando. Nosotros tenemos un club ordenado pero uno se pone en la piel de otros futbolistas que hace unos meses no están cobrando. Vamos a ver, depende de cada club, del arreglo de cada jugador pero viene complicado”, advirtió.

Y en cuanto a su futuro, explicó que “antes de ir a Tucumán, en el mes de julio, había firmado por 3 años más para Boca Unidos. Mi contrato se vence el 30 de junio. Todavía no se habló y -al igual que a mí-, se le vence al 60 o 70 por ciento del plantel y al cuerpo técnico. Va a ser un mercado de pases largo por la incertidumbre. Por el momento no hay más torneo; Atlético tiene una opción de compra pero no se habló nada todavía; los dirigentes no pueden asegurar nada porque no se sabe. Mi situación en Tucumán va a ser la misma que en Boca Unidos pero hay tiempo, puede haber alguna que otra noticia”, relató el defensor.

El Jardín de la República

Luego de su paso por Rosario Central y tras iniciar la pretemporada el año pasado con Boca Unidos, a Marcelo Ortiz le surgió la chance de mantenerse en primera división. Su nuevo destino: Atlético Tucumán.

“Estar en Tucumán fue algo nuevo, era un plantel que se había formado en ese semestre ya que del anterior solo quedaba el cuerpo técnico y tres jugadores. Yo venía de Rosario, allá tuve una lesión en la rodilla y me costó llegar al ritmo de primera, tener esa confianza, y no jugué mucho el segundo año. Tuve la suerte que Atlético me dio la posibilidad, apareció la posibilidad de jugar por afuera (como lateral) y con tal de estar en la cancha…”, recuerda Ortiz.

Esa ambición –de la que más adelante hablará- le llevó a ser uno de los pilares en la defensa como lateral derecho cuando el es marcador central, jugar 20 partidos de los 23 del campeonato, y hasta incluso anotar un par de goles importantes.

“En Boca había jugado de lateral, fui formándome en ese lugar. Cuando iba a Tucumán sabía que el técnico contaba con esa variante, sabía que me podía dar una posibilidad ahí y me mentalicé. Me costó al principio pero después me fui acomodando, hice algunos goles que te suman desde lo mental, y gracias a Dios jugamos la mayoría de los partidos”, comentó al respecto.

También la estadía en Tucumán le permitió jugar la Copa Libertadores, algo que ya había hecho cuando estuvo en Rosario: “tuve la posibilidad de jugar con Central y para uno que viene de abajo, del ascenso, se valora muchísimo, se disfruta. Desde el primer momento, cuando fui a Tucumán, íbamos a jugar la Copa Sudamericana pero después entramos al Repechaje de la Libertadores”.

Atlético jugó contra The Strongest en La Paz y cayó 2-0 en la ida. En la vuelta ganó 2-0 y se impuso 6-5 en los penales. “Fuimos a la altura y nos costó muchísimo pero sabíamos que en nuestra cancha íbamos a marcar diferencia y pudimos remontar esa serie”. En la siguiente fase la suerte fue adversa: “después, con Independiente Medellín no tuvimos suerte en los penales, habíamos hecho los méritos en la revancha pero ellos fueron más eficaces en los penales y se nos fue de las manos”, recordó.

Pero Atlético Tucumán también fue uno de los ‘jueces’ en la última fecha de la Superliga, nada más y nada menos que contra River: “ya jugar con River o Boca es una semana especial y cuando se define un campeonato más. Venía el mejor equipo del país pero nosotros teníamos las armas, nuestra cancha es difícil, con nuestra gente. Sabíamos a donde cortar los circuitos de juego de River. Necesitábamos los 3 puntos y el final terminó siendo sufrido por el ritmo que le mete River, pero uno tiene el amor propio y no le gusta que salgan campeones en su cancha. Fue una semana especial, se habló mucho, pero nos centramos en el plantel y salió bastante bien”.

El equipo de Zielinski no tiene secretos, tan solo “sabíamos bien lo que teníamos que hacer. Lo que destaco del equipo es que sabe lo que necesita y se le suma la actitud para que salga lo que el técnico pretende. Es un equipo aguerrido, corta los circuitos de juego, tenemos buena pelota parada, buscamos las faltas cercas del área y sabemos a lo que jugamos”, lo describió.

Llegar a ser un jugador profesional

Marcelo Ortiz entiende que para vivir del fútbol es fundamental “lo mental. Más allá de que uno tenga talento, lo mental es importante, la dedicación que uno le pone, el entusiasmo y seguir insistiendo”.

Recordó que en un momento se tuvo que ir de Boca Unidos a sumar experiencia: “estuve en Mercedes –jugando para Comunicaciones el Argentino B de 2012/13-, me sirvió muchísimo después de jugar la Liga Correntina de Fútbol. Fue una experiencia muy linda. Después jugué cinco años en la primera de Boca Unidos buscando afianzarme en el Nacional B que es más áspero, se juega a la segunda pelota; hay viajes y canchas difíciles, pero uno se pudo mantener, hacer las cosas bien y me dieron la posibilidad en primera división que es un juego más dinámico, donde hay jugadores de jerarquía. Me costaron los primeros meses pero ese proceso, si lo pasás te terminas acomodando y es muy lindo jugar en el fútbol de primera”.

Ahora, ¿ya te sentís un jugador de primera división? “no, necesito varias temporadas como en Boca Unidos para demostrar el nivel que uno quiere. Además me gustaría jugar en mi posición, si tengo la posibilidad de seguir en primera será importantísimo para seguir afianzándome”.

En cuanto a su juego, explicó que en primera “técnicamente, te exigen salir jugando más, sacar la pelota limpia pero también noto en la parte mental, en la agresividad, y me di cuenta de la ambición que tiene uno, en la mentalidad ganadora que por ahí no la tenía en Corrientes. Tal vez porque era más chico y eso te da la experiencia”.

Esa ‘mentalidad ganadora es fundamental y allí “tiene que ver el plantel, la cabeza del grupo. En Rosario Central también tuve varios técnicos y compañeros que te hacen dar cuenta que si querés más, tenés que ser ambicioso. A mi representante le decía que quería jugar en primera, me dieron la posibilidad. Ves a los jugadores en primera que te transmiten eso y uno trata de contagiarse porque te va a ayudar a mejorar”.

La confianza de Paolo Montero

En Rosario lo dirigieron el ‘Patón’ Bauza y Diego Cocca, por ejemplo, pero él destaca por sobre todos a Paolo Montero. Ortiz recordó que el uruguayo –que lo llevó al ‘Canalla’- “fue uno de los técnicos más importantes en esto de la ambición. El último año que estuvo en Boca Unidos se acercaba mucho a mí, me daba confianza. Uno lo escuchaba, me contaba muchas cosas, experiencias que vivió, y la ambición lo aprendí de él. Estando tantos años en Boca Unidos uno tiene a ‘plancharse’ y no busca más, pero la llegada de él me hizo tener esa ambición. También me dio la oportunidad de ir a primera. En Rosario, cuando tuve la lesión me dijo que si estaba bien yo era el central. Cuando me recuperé lamentablemente él ya no estaba en el club pero para mí fue muy importante y me decía que uno no puede conformarse con lo mucho o poco que tiene”.

La llegada del uruguayo a Corrientes potenció a un Boca Unidos que en esa temporada se hundía en la tabla de posiciones de la B Nacional 2016. El recuerdo del central correntino se mantiene fresco y mencionó que “lo que generó eso fue el manejo de grupo que tenía. Plantaba autoridad pero te daba confianza, sabía lo que el jugador necesitaba, esos tiempos los manejaba muy bien. Sabía que llegaba a un equipo que estaba abajo en la tabla, empezó a plantar un equipo, a darle confianza, conseguir resultados. Teníamos jugadores con calidad pero sin confianza, y él se encargaba de hacerles sentir importante. Plantó una defensa para mantener el cero y a partir de ahí trabajar los partidos. Los que tuvimos la suerte de estar en ese plantel nos sentimos muy bien hasta que se fue”.

Esa “defensa alta” con Emanuel Olivera –actualmente en Colón de Santa Fe- fue una marca de ese equipo ya que “éramos dos centrales rápidos, ‘tiempistas’. Uno se sentía seguro porque el compañero llegaba a todas. Él también creó ese clima entre los dos y hoy soy muy amigo de ‘Ema’, y nos sentimos muy bien”.

Ese equipo que pudo recuperar a Franco Cángele desde lo futbolístico, quedó cuarto y cerca del ascenso que quedó en manos de Talleres de Córdoba. “Veníamos muy mal -recordó Ortiz- nos había agarrado muy abajo, vino él y pegamos una racha de victorias. Nos pudimos acomodar y supo explotar a Cángele; Michael Hoyos y el colombiano Bravo por la derecha; y varios jugadores subieron el nivel. Arrancamos muy atrás y Talleres fue parejo todo el año. Los resultados nos llevaron a ese partido en Córdoba con posibilidades. Ese partido fue duro, ellos estaban bien, había presión en el estadio, y no se pudo dar pero se hizo un buen papel”.

Trullet, el debut y un buen recuerdo

El entrenador santafesino estuvo desde 2013 y fue “importantísimo. Carlos fue muy importante porque en el día a día me enseñó muchísimo. Fue el primero que me dio confianza y sabía que podía llegar. En el debut me tocó jugar por Matías Moisés, entré como lateral porque lo corrieron a Alan Pérez. Fue el último partido del torneo y en el siguiente ya empecé jugando de central”.

Además, “Carlos me dio la posibilidad de jugar en mi puesto natural. Jugué un año entero con él, fue el primero que confió en mí, fue más que importante para mí”.

Pero el recuerdo también tiene el otro costado: el año de los 10 ascensos en el que Boca Unidos se quedó en las puertas. Ortiz contó que eso “fue un dolor enorme, sobre todo para nosotros que somos del club. Sabíamos de la oportunidad que había. Estábamos muy bien, en zona de ascenso todo el campeonato y nos caímos anímica y futbolísticamente en la última parte. Fue duro porque llegar a primera con el club abría muchas puertas. Se nos cayó el mundo abajo, no se nos daban los resultados y no encontrábamos respuestas. Fue un torneo muy doloroso y no lo perdimos en la última fecha, sí 4 fechas antes. Me queda la espina por no poder jugar en primera con tu club, en tu ciudad y con tu gente”.

¿Las razones? “creo que fue futbolístico, veníamos uy bien, se acercaba el último tramo: no podíamso fallar. Fallamos, no tuvimos esa certeza y nos faltó personalidad en la última parte del torneo para poder quedarnos con el ascenso. Apenas no se daban los resultados empezamos a caernos y los clubes que venían abajo venían en alza y eso los favoreció”.

Por último recordó que Eduardo Tedesco fue “muy importante” en su formación. “Jugaba en un equipo de la Liga. El ‘Profe’ conocía a mi hermano (Diego que jugaba en Boca Unidos el Argentino B), él habló para entrar en la escuelita para tener más recursos, y él me llevó, me dio la posibilidad de pasar a Boda Unidos. Y después me metió en el club. Pasé toda la etapa de inferiores y primera con él a la par”.

Mencionó a jugadores de su camada que llegaron a primera como Gonzalo Ríos, el ‘zurdito’ Jonathan Benítez y Diego Sánchez Paredes con quien “hasta hoy tenemos buena relación”; y destacó la labor de Daniel Faggiani cuando lo tuvo en Comunicaciones de Mercedes para jugar el viejo Argentino B.