El episodio se produjo en Temperley y el asalto fue impedido por una efectivo que se encontraba de licencia. El cómplice del delincuente muerto fue detenido por vecinos.

 

Una mujer policía tuvo que arriesgar su vida, y la de su hijo por nacer, para frenar una ataque en la zona sur de la provincia de Buenos Aires.

 

La parada de un colectivo de Temperley cruzó su historia con la de dos motochorros que estaban asaltando a un joven y posteriormente se dirigieron a ella con las mismas intenciones.

 

La mujer estaba de licencia por embarazo, pero llevaba consigo su arma reglamentaria. Acompañada por su cuñada de 16 años, la efectivo de 28 años vio como le cruzaban la moto a un joven de 18 años y le robaban la mochila.

 

Sin embargo, no conformes con el primer asalto fueron por más y la encararon a ella.

 

En ese momento se produjo el desenlace fatal. La oficial los contuvo y les ordenó que se arrojen al piso. Uno la asaltantes la apuntó y abrió fuego en su contra. Del otro lado la respuesta de la agente fue más precisa: cinco disparos para que uno se desplomara.

 

En tanto, su cómplice logró escapar.

 

La respuesta de la policía fueron al menos cinco disparos: el ladrón que manejaba la moto se desplomó en el piso, mientras que su cómplice huyó corriendo del lugar.

 

Toda la situación fue vista por el joven de 18 años, que con un grupo de vecinos lograron atrapar al delincuente que se escapaba.

 

El detenido fue identificado como Claudio Carlos Gómez, que recibió tres tiros en la pierna y uno en el hombro. En tanto, la identidad de su compañero, que murió en el acto, aún no fue constatada.

 

Según los médicos policiales que observaron el cadáver en la escena del crimen, tenía siete orificios de bala, sin precisar cuántos eran de entrada y cuántos de salida.