El hijo de la ex presidente estará al frente de un bloque de 121 legisladores. El Frente de Todos será la primera minoría en la Cámara baja.

Una semana después de haber logrado la unificación en el Senado y a seis días de que Alberto Fernández asuma como nuevo presidente, el peronismo K sella la unidad en la Cámara de Diputados y crea un bloque de 121 diputados que le permitirá ser la primera minoría en el recinto. En segundo lugar quedará Cambiemos con un interbloque que contendrá a cerca de 119 legisladores.

Fernández encabeza la reunión en el Congreso. Después de reunirse con Hugo Moyano y un grupo de sindicalistas en la Federación de Camioneros, el presidente electo estuvo algunos minutos en sus oficinas de Puerto Madero y luego se dirigió al Congreso para participar de la reunión junto a todos los diputados que estarán en el nuevo bloque de unidad.

El objetivo del peronismo es poder ampliar la cantidad de diputados después de la presentación oficial del nuevo bloque. Mostrar en público la fortaleza política y territorial que tiene el flamante esquema y que esta sirva como anzuelo para aquellos legisladores que no tienen espacio de pertenencia y que aún no decidieron dónde pondrán los pies dentro de la cámara.

La unidad en un mismo bloque es una nueva muestra de voluntad de las diferentes vertientes que integran el Frente de Todos. Un sector importante, integrado por representantes de los gobernadores del PJ y espacios políticos más pequeños, pretendía conformar un interbloque. Encontraban en ese diseño una forma de mantener cierta autonomía sosteniendo bloques propios. Identidades distintas pero alineadas al proyecto político nacional. Sin embargo, después de múltiples gestiones de Sergio Massa y Máximo Kirchner, se acordó armar un solo bloque que responda al nuevo gobierno. Unidad para ganar, legislar y gobernar.

El líder del Frente Renovador será el presidente de la Cámara de Diputados, mientras que el hijo de la vicepresidenta electa ocupará la presidencia del bloque unificado del Frente de Todos, un lugar que parecía ser del santafesino Agustín Rossi, pero que en el rearmado del nuevo tablero –que incluye Gabinete, organismos y Congreso– terminó cambiando de dueño. El “Chivo”, como se lo conoce en el ámbito político, será el nuevo ministro de Defensa de la Nación, cargo que ocupó en el último mandato de Cristina Kirchner.

Massa y Máximo Kirchner funcionarán como contrapeso entre el peronismo y el kirchnerismo. Ambos provienen de diferentes vertientes y representan miradas distintas que conviven en un mismo territorio político. De ese equilibrio depende la convivencia del bloque, donde estarán representados La Cámpora, el PJ Bonaerense, el Frente Renovador, el Movimiento Evita, el kirchnerismo, los gobernadores del PJ y sectores minoritarios vinculados a la centroizquierda.

Entre los diputados prima la necesidad de buscar acuerdos permanentes frente a los próximos pedidos que haga Fernández una vez que asuma al frente del Poder Ejecutivo. Todos entienden que el nuevo gobierno necesita una base de apoyo en el Congreso que no tenga grietas y en la que, al menos en los primeros meses, queden de lado las diferencias de criterio y sobresalga el pragmatismo para unificar posturas. Consensos y acuerdos, de eso se trata.