Cuando el papa Francisco asumió como pontífice, Daniel Genovesi le escribió una carta para contarle su historia y hacerle una petición. Días después, recibió una respuesta oficial. Han pasado varios años desde que Daniel Genovesi abandonó el sacerdocio dentro de la Iglesia católica para casarse y tener hijos.

Fue una de las decisiones más difíciles, porque pensó que eso significaría su alejamiento por completo de la religión para entregarse a la vida en sociedad. Y en ABIERTO A LA TARDE, en dialogo con Teresita Lotero, conto su historia.

Una nueva oportunidad dentro de la Iglesia anglicana le permitió nuevamente ser acogido y hoy es la máxima autoridad entre quienes profesan esa religión en Uruguay.

Nacido en Argentina, Daniel Genovesi se ordenó como sacerdote de la Iglesia católica en 1990. Tenía 16 años cuando, afirma, sintió la vocación por entregar su vida a la religión.

Cuando empezó su trabajo pastoral conoció a la hermana Mercedes, una religiosa con quien compartía acciones dentro de la misión. El tiempo junto fue dando lugar a una amistad y, conforme pasó el tiempo, el joven clérigo comenzó a tener dudas sobre si en verdad quería una vida célibe o de familia.

“Sabía que no quería algo ambiguo ni escondido. Así que cuando tomé la decisión y ella aceptó, al día siguiente se lo comuniqué a mis superiores”, dice Genovesi en conversación con el diario Clarín, de Argentina.

Los altos religiosos le recomendaron que lo medite y se tome un tiempo. Transcurridos los días, este no había declinado en su decisión, por lo que optó junto a Mercedes a salir a dejar la Iglesia católica.

Renunciar al modo de vida dentro del clero y empezar sus actividades dentro de la sociedad común fue muy difícil. Durante 8 años Daniel se separó por completo de la religión y se dedicó a su familia conformada por su esposa y dos hijas.

No fue hasta 2001 cuando recibió la visita de un sacerdote en que decidió acercarse nuevamente a la Iglesia anglicana con mayor compromiso. En 2004 se convirtió en párroco en la Parroquia San Marcos de Hurlingham y hoy es Obispo de esa religión en Uruguay.

Según cuenta al medio de Argentina, el papa Francisco sabe de su caso y hasta le respondió una carta que él mismo se la escribió cuando el pontífice recién asumió al cargo.