La popular celebración quedó suspendida como medida preventiva para evitar que se propague la enfermedad que ya dejó 17 muertos en el país.

La municipalidad de Pekín anunció este jueves 23 de enero la anulación de las populares ceremonias previstas con motivo del Año Nuevo chino. Se trata de una medida de protección ante la epidemia provocada por el coronavirus que por el momento dejó un saldo de 17 personas fallecidas y 570 infectadas en China. Las vacaciones y festividades con motivo del año nuevo comenzarán el próximo viernes 25 de enero y duran una semana.

Los habitantes de Pekín se cuentan por centenares de miles cada año en los parques y espacios públicos para asistir a los tradicionales bailes del león y del dragón. Para evitar la propagación del nuevo virus, la capital china suspendió todos los eventos a gran escala, incluidas las ferias de los templos, que atraen a grandes multitudes de turistas en los últimos años.

En una publicación en la plataforma china similar a Twitter, Weibo, las autoridades de la ciudad agregaron que la medida se toma para ayudar a la prevención y control de la epidemia. El gobierno de Pekín dijo que proporcionarían más información “a medida que evolucione la situación”.

La Red de Turismo de Pekín, que está regulada por la Oficina de Cultura y Turismo de la ciudad, agregó en una publicación separada de Weibo que las Ferias del Templo Ditan y Longtan de Beijing, originalmente programadas para el 25 y 29 de enero, serían canceladas. Beijing Tourism Net amplió que el área panorámica de los templo de Tanzhe y de Jietai y el área panorámica de la montaña Miaofeng en el distrito de Mentougou también estarían cerrados.

La ciudad de Wuhan, donde surgió el virus y en la que residen 11 millones de habitantes, fue clausurada con la suspensión de las salidas de trenes y aviones por tiempo indefinido. Las vías de peaje en las carreteras fuera de la urbe también estaban cerradas.

La ciudad vecina de Huanggang, de 7,5 millones de habitantes, también anunció medidas similares. La localidad informó que el transporte público y los servicios ferroviarios se suspenderían ayer a la medianoche hasta nueva orden. Muy cerca, en Ezhou (1,1 millones de residentes), ya se había cerrado su estación de trenes.

El presidente Xi Jinping lanzó el lunes un llamado de movilización general para detener “totalmente” la epidemia, que hasta entonces no había sido considerada de envergadura. En Pekín y Shanghái, el uso de la máscara es necesario en lugares públicos, como en el subte.